Quizás

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Estaban en su habitación, disfrutando de un momento a solas ya que su hijo Lino estaba con sus amigos y vecinos enseñándoles el último juego que le había comprado Amelia y del que tuvo que hacer que Luisita se desenfadara con ella. Admitía que le tenía muy consentido pero es que con esa carita y esos ojitos le era imposible decirle que no. Y solo con ver su sonrisa después, aguantaría los regaños de su mujer.

- Amor - esa palabra y en ese tono le hicieron saber a la morena que ya no estaba molesta con ella - ¿te acuerdas de esa conversación que tuvimos cuando nació Lino?

Amelia no contestó, se quedó en silencio recordando.

Hace unos años....

- Amor.. ¿crees que tendremos más?

- Cariño yo ahora mismo no estoy para pensar en eso eh.. - hablaba una Amelia dolorida, apenas hacía horas que había dado a luz.

- Lo sé.. pero no sé, ¿no te imaginas nuestra familia más grande?

Se quedó unos segundos en silencio.

- Me encantaría tener otro hijo contigo Luisi, pero ahora no - ahora sonrieron las dos.

- Claro que me acuerdo cariño, ¿Qué me quieres decir con eso? - preguntó la morena con una sonrisa.

- Pues.. no se.. quizás.. sea el momento de pensarlo ¿no? - Luisita se acercó a más a ella.

- ¿Ah si? - cambió su tono de voz.

- Si.. además ... - puso sus manos en la cintura de la morena - Esta vez me toca a mí... tú sólo tendrías que cuidarme y estar conmigo en todo momento.

- Suena bien... - se acercó más a su mujer si es que eso era posible. - Muy muy bien - terminó por besar sus labios.

- ¿Qué tal si esperamos a que estrene mi novela, que será en unos meses? - Amelia asintió mordiéndose el labio.

- Pues... vamos a ir practicando ¿no? - propuso la morena levantando su famosa ceja.

Luisita sin contestar se lanzó a ellos y ahí empezaron a practicar como ellas decían. Porque los bebés vienen del amor, y de eso a las chicas les sobra.

Unos meses después...

- Cariño recuérdame qué pasó para que yo esté viviendo este momento... - se quejó una vez más la rubia mirándose al espejo.

- Que nos pudo la impaciencia y las ganas.. ahora a disfrutar tu momento - le dio un beso en sus labios - guapa.

- Si guapísima con estas pintas y esta barriga que.. - resopló una vez más mirándose al espejo.

- Estás preciosa - No la dejó acabar esa frase - y te ves sexy - levantó una ceja.

- ¿Puedes dejar de mentirme? - se mordió el labio con una sonrisa.

- ¿Y tú puedes creerte lo que te digo?

Tuvieron un momento de miradas en el que Luisita se dio por vencida y acabó por creer a su mujer. Se dieron un beso que duró unos segundos de más y salieron directas a la presentación de su tercera novela, que en cuánto llegó a aquel pabellón y vio a su hijo en primera fila junto a sus padres, todos esos nervios se fueron, haciendo que su sonrisa se agrandara. Dio un beso a su mujer y se preparó para dar aquella charla.

Esa mañana que decidieron empezar a practicar, como bien dijo la morena, les pudo la impaciencia y las ganas y a los dos días siguientes ya estaban en la clínica. Con la misma suerte que con Lino, Luisita se quedó embarazada a la primera, por lo que cuatro meses después ahí estaba, embarazada de una niña.

RAMÉ: Caos y Belleza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora