Papi • ~ • JaeJohn || JohnJae🔞

Baby's Room

Johnny y Donghyuk habían estado compartiendo la habitación del hotel esos días, al igual que Jaehyun y Mark, por lo que el mayor de todos decidió tratar de convencer a Haechan de ir y quedarse un buen rato en la habitación de los otros dos, con el fin de tener un momento a solas y hacer algo por lo que estaba ansioso desde hace semanas. 

Y se suponía que Hyuk había salido ya, se suponía que iría a jugar con Mark y molestar al lindo Jaehyun, pero eso no era lo que había hecho. Escondido detrás de la pared, Donghyuk se encontraba quieto y callado, quería espiar un momento a su mayor, quería saber si lo que pensaba era lo que era. Y vaya que sí lo era, solo pasaron unos minutos, y ya había oído un jadeo, seguido de un nombre muy familiar.

Su boca se abrió y dejó de respirar un segundo, no se había imaginado que todo lo que viera era la realidad, sus mayores siempre jugaban, bromeaban y se divertían, pero al parecer esas miradas brillosas y los tratos especiales de su segundo hyung mayor hacia Jaehyun, eran con un motivo.

Un gemido un poco alto hizo que volviera en sí, solo para volver a un estado de trance, esta vez no había sido el nombre de Jaehyun, su mente estaba por tirar humo.

¿Acaso había oído bien? ¿Acaso Johnny había gemido "Papi"?

Antes de poder hacer una estupidez, salió de ahí antes de ser descubierto y de llevarse un trauma, -como oír alguna fantasía-, iría a buscar al dueño de las fantasías de su compañero de cuarto, y aprovechando la suerte podría quedarse a solas con Mark.

Solo unos pasos apresurados, y estaba en frente de la habitación de sus mayores, tocó un poco fuerte y apresurado, tanto que Mark al abrirle tenía una cara de disgusto nada disimulado.

- ¿Sabes?, No tienes que derribar la puerta.

Entró corriendo y empujando a Mark, su lindo hyung de cabello rosa estaba acostado en la cama mirando algo en su celular.

- Hyung, Johnny hyung necesita su ayuda. – la mirada directa hacia el mayor en la habitación, junto con el tono, llamó de buena manera la atención.

Jae lo miró un poco extrañado, pero sonrió y se levantó de la cama, saliendo a paso lento de la habitación, sin sospechar ni un poco que lo que se encontraría no era la imagen de un Johnny relajado y listo para ver una película. Lo único que hizo fue pedirle su tarjeta de acceso, la cual el diablillo le dio gustoso.

El pelirrosa en realidad si había notado la mirada traviesa de su menor, pero decidió no decir nada, algo raro tramaba, pero sin embargo no esperó nada como lo que encontró detrás de la puerta, incluso si el mismo quería algo parecido, porque después de todo, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que tuvieron algo de verdadera intimidad entre ellos.

¿Qué tal un Johnny sin nada de ropa, recostado sobre sábanas blancas, con un pequeño sonrojo cubriendo su cara, un sudor que perlaba su ligeramente bronceada piel y sus lindos y finos labios llamando a su nombre?

Johnny yacía recostado sobre la segunda cama de la habitación, se encontraba desnudo y moviendo su mano derecha rápidamente sobre su miembro, mientras la otra apretaba fuertemente las sábanas. Una ligera capa de sudor cubría su delegado y tonificado cuerpo, sus ojos estaban cerrados y de su boca ligeramente abierta, caía un pequeño hilo de saliva. El grosero sonido de su piel y los ligeros gemidos que soltaba fueron más que suficientes para que tuviera una erección.

No recordaba haber visto al mayor de esa forma, se veía tan necesitado, tan desesperado, tan...

Hermoso.

Todo este tiempo habían tenido sesiones de besos y caricias por sobre la ropa, pero nada más allá de eso, hoy era su oportunidad de satisfacer ese deseo que ahora quemaba dentro suyo.