capítulo dieciséis

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CAPÍTULO DIECISÉIS

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CAPÍTULO DIECISÉIS.

—Oh, Adela. ¿Qué tan malo podría ser que ustedes dos se vean en la Torre de Astronomía? —preguntó una soñadora Luna.

Adela se restregó los ojos y los abrió de par en par mirándola con obviedad.

—Es obvio. Y la verdad no sé qué hice mal, pero sí sé que no saldré viva de esta —tomó una pausa—. Según él es porque lo había estado ignorando, pero vamos, sólo permanecí en mi sala común leyendo el libro que él mismo se encargó de regalarme, y del que además, aún desconozco cómo supo que quería.

Adela no comprendía muchas veces los extraños cambios de humor de Draco. Y eso era realmente inquietante para ella. Él podía fácilmente estar feliz en un instante, y al otro enojarse completamente. A Adela no podía parecerle más intrigante.

—¿Por qué lo dices? Eso de que no saldrás viva —indagó Luna con curiosidad.

Adela se cruzó de brazos y la miró.

—Tú no viste lo mismo que yo. Me miraba con... —entrecerró los ojos tratando de buscar la palabra correcta pero al no hallarla chilló—. ¡No sé! Simplemente sus ojos tenían un brillo... Extraño, muuy extraño.

—Quizá está emocionado —susurró Luna sonriente, encogiéndose de hombros.

—Yo digo que ya deberías ir a verlo, después no habrá tiempo —habló Noemí quién recientemente había entrado a su sala común, sentándose junto a Adela y Luna.

—Lo mismo le he dicho, pero es mejor no obligarla —continuó Luna reposando sus ojos en Noemí.

Adela suspiró pesadamente y con ayuda de sus manos agarró gran parte de sus cabellos y los pasó sobre su rostro, cubriéndolo. Se sentía confundida y eso la exasperaba.

—Con lo que dicen sólo parecen ser más insistentes. Quiero ir, pero él lucía extraño y no sé porqué —contestó Adela frunciendo el entrecejo.

Noemí la observó con diversión y esta vez fue ella quien habló: —Para saciar tu curiosidad, deberías ir y preguntárselo. Es lo más razonable.

Adela pareció pensarlo unos instantes y asintió expulsando un bocado de aire. Quizá esa sería la única manera de responder a sus dudas.

—Además todos vimos su encantador espectáculo. Él realmente es todo un caso —recordó Noemí riendo sutilmente.

Adela alejó su cabello de su rostro con velocidad e hizo ver una expresión de querer simplemente desaparecer. Soltó un quejido y arrugó su nariz.

—¿Todos? —preguntó lamentándose.

—Sí, ¿cuál es el problema? —preguntó Noemí.

Luna sólo las miraba y escuchaba con atención, aunque a veces durante unos segundos se perdía entre sus tantos pensamientos.

Lindos Anteojos, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora