Kaori Minamoto, una joven de 16 años, quien nació con una extraña marca en sus ojos, despierta repentinamente en un ataúd. Aunque se lleva una gran sorpresa al descubrir que ha llegado a un nuevo mundo con algunos personajes un tanto... Insólitos
As...
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Kaori pudo presenciar como nuevamente la rodeada de un paisaje en blanco y negro, a excepción de la pintura color carmesí, que manchaban el suelo al igual que las rosas que una vez fueron blancas. Kaori supo en ese momento que se encontraba nuevamente en el laberinto de la reina de corazones. En está ocasión el escenario era diferente de la vez anterior, porque está vez observaba como los soldados-naipes y Alicia se encontraban tirados boca abajo en el césped.
-¿...Otro sueño? - Se preguntó así misma Kaori mirando con mucha atención el escenario tan familiar que se creaba ante sus ojos.
-¿Quién pinto estas rosas así? ¿Quién se atrevió a cambiar aquí lo blanco por carmín? Muy caro le va a costar... - Exclamó una voz mandona que Kaori reconoció al instante. Se trataba de nada más ni nada menos que de la reina de corazones, que llevaba su elegante vestido rojo y negro y su corona de oro encima de su gran cabeza - La cabeza le he de cortar.
-¡Le ruego que me perdone, Majestad! ¡Yo no fui! ¡La culpa es del dos! - Dijo el tres de tréboles todavía con la brocha de pintura en su mano mientras señalaba al dos.
-¡Yo no fui, Majestad! ¡La culpa es del As! - Renegó el dos señalando al As de trébol.
-¡¿Fuiste tú?! - Preguntó la reina de corazones.
-¡Yo no, fue el dos! - Señaló el As al dos de trébol, aún con la lata de pintura en su cabeza.
-¡¿Fue el dos?! - Preguntó nuevamente la reina empezando a impacientarse.
-¡No fui yo, Majestad! ¡Lo juro! ¡Fue el tres! - Dijo el dos ahora señalando al tres.
-¡Ya no me canséis! ¡Los tres la cabeza perderéis! - Sentencio la reina de corazones mientras que varios soldados-naipes se llevaban a los tres soldados que se veían asustados. Luego de unos momentos el laberinto se llenó de aplausos y silbidos de la multitud, al parecer muy felices de la sentencia que dio su gobernante mientras una música muy conocida para Kaori empezaba a resonar por todo el lugar, haciendo eco, mientras que poco a poco todo se volvía oscuro.
"Los vamos a degollar
Y no se podrán salvar
Las rosas blancas del jardín pintaron de carmín
Los vamos a degollar"
-¿Por qué... nadie detuvo a la reina? - Se preguntó Kaori perdiéndose poco a poco en ese vacío de oscuridad - Las personas se equivocan... por eso existe el perdón... - Murmuro recordando como la reina de corazones mando a cortarle la cabeza a los soldados solo por equivocarse con el color de las rosas...
