Sanscest lemon || One-shots +18

Silencio ;; Poth

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Palabras: 1026
Ship: Poth
Nivel: Algo fuerte
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Esa necesidad.

Alguna vez la sentiste?

Una sensación en el bajo vientre, su magia no podía contenerse, era incontrolable.

Yacía en esa cama, con las luces apagadas y el viento soplaba suavemente, no era frío, pero el chico se movía cada tres segundos, no encontraba una posición cómoda.

Apretaba sus piernas, fémur contra fémur, hasta la rótula.

Aplastaba su cara contra la almohada a veces, para contener esos sonidos necesitados, vergonzosos.

Tenía la puerta cerrada.

-Mh...-

Sus mejillas estaban ruborizadas de un morado mezclado con azul intenso. Era tarde.

1 am...2 am... sin poder conciliar el sueño.

Esa necesidad lo estaba consumiendo.

Su alma palpitaba en su pecho, dejándose ver por encima de este.

No quería tocarla, aumentaría su deseo.

Respiraciones hondas.

Estaba siendo demasiado ruidoso?

Sus sonidos no se detenían. Sus ojos trataban de mantenerse cerrados.

Llegó a un punto en el que sus dedos se guiaban solos. Llegaron a su alma, totalmente necesitada, de contacto, amor?

Su otra mano se dirigía hacia hacia su entrepierna, pero se detuvo.

La mano que masajeaba su alma también paró.

Soltó todo, tratando de contenerse.

Las lágrimas parecían querer salir.

De repente, un sonido que provenía del otro lado de la puerta, hizo que el de capa blanca se tape la boca.

-Goth? Todo bien?- esa voz melodiosa la conocía bien.

Soltó un gemido suave.

-P-Palette, te necesito...-

Palette ya conocía eso, ya había pasado varias veces.

El de gorro cerró la puerta y se acercó, mientras el menor volvía a tocar su alma con la yema de los dedos.

Palette se quitó parte de su vestimenta que llevaba, no estaba durmiendo, acababa de llegar de un lugar que no nos importa (jahdhskajsd que quieren que diga) , así que justo escuchó los sonidos de su pareja, guiándolo hasta su habitación, como una nariz en busca de ese olor tan precioso.

Goth rápidamente al ver Palette empezar a subirse a la cama, abrió las piernas, mostrando una pequeña luz que salía de su pantalón, la magia.

Con una mano en su alma y la otra sobre el pantalón, se empezó a estremecer de la excitación que le provocaba el ver a Palette acercarse a él, con las rodillas que tocaban el colchón, literalmente gateaba hacia el.