CAPÍTULO 11

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DRACO

Durante el resto del día no volví a hablar con Kristel, no podía hacerme la idea de que estuviera relacionada con quien-tu-sabes o sobre semejantes asuntos oscuros. Me interesaba preguntarle acerca de su familia, pero tampoco me atreví ni nos encontramos mucho. Mientras, en la habitación, leía un libro sobre pociones y hacía la demás tarea de clases.

Cuando llegó un punto en el que me aburrió, abandoné mi aposento y oscilé por el corredor partiendo al despacho de mi padre. Pasé por la habitación de Kristel y la puerta se encontraba entreabierta. Curioso decidí asomarme, vi la figura de Kristel dándome la espalda, pero pude percibir que en sus manos sostenía una pequeña caja en la que aportaba lo que parecía ser un anillo bastante costoso. Mantuvo la vista en el objeto durante un largo periodo. Antes de que se volteara y me descubriera, me alejé de la entrada y volví a mis planes. En mi mente rondaba la pregunta de porque tenía tanto interés en aquel anillo que se había quedado fisgando cautelosamente.

Ya en el despacho, pegué unos toquecitos a la puerta y entré. El sitio era oscuro y lúgubre, decorado con piezas únicas de magia oscura y demás ambigüedades.

-¿Padre? -pregunté mientras me adelantaba a su escritorio. Él estaba sentado revisando y escribiendo en documentos, ya que trabajaba en el Ministerio de magia y ocupaba un alto cargo.

-Hijo, no me interrumpas, estoy trabajando en asuntos importantes. - reprochó.

-Lo que he a contarte es... importante padre. -exclamé seriamente.

Levantó la cabeza para encontrarse conmigo. Sin decir nada continué:

-Es sobre Kristel. Hay algo en ella... raro. ¿Sabes algo acerca de su familia?

-¿Por qué no se le preguntas a ella si tan amigos sois? respondió con otra cuestión.

-Papá... Kristel habla pársel, y tanto tú como yo sabemos quién es la persona que se relaciona con ese tema.

-Eso es imposible Draco, ninguno de los miembros de la familia han tenido que ver con... quién- tu -sabes. -susurró. -El árbol genealógico Hadeeville no es muy extenso, y no hay ninguna conexión con... eso.

-Su abuelo y su hermano han sido fieles sirvientes de...

-Draco, estás llevando todo esto demasiado lejos, ¿no crees? - interrumpió la conversación.

-El anillo que le ha mandado Hadeeville, dudo que sea tan solo un objeto normal y corriente. Lo ojeaba como si fuera único.

-Como has oído, perteneció a su abuela. Es una reliquia antigua que a lo mejor habrá pasado por su familia durante siglos. Ahora si me disculpas... -me señaló la puerta para que lo dejara trabajar.

Regresando por el pasillo para seguir con mi rutina me tropecé con Kristel.

-Perdón. -me disculpé.

-No pasa nada, está bien. -dijo nerviosa por el susto.

Nuestros rostros quedaban a escasos centímetros, poco más y nuestras narices se chocaban. Nos quedamos helados sin decir palabra. Se veía bastante bien, con el pelo recogido en un moño elegante y ya no llevaba la ropa anterior, portaba un jersey plateado y unos pantalones a juego, lo que parecía más cómoda. Su rostro se volvió en una expresión de shock. Mis ojos viajaron hacia su boca entreabierta, pero resistiéndome le pasé por un lado y me dirigí a la biblioteca de la mansión.

Busqué en la sección de libros oscuros.

-Encantamientos oscuros, maldiciones, magos oscuros...

La Reina FlamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora