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Me quede quieta por unos instantes dentro de ese auto. Repetía una y otra y otra vez la secuencia en donde destruía todo. Había pasado un mes desde que decidí ponerle fin a todo. Aunque me costara, a él, le iba demasiado bien. Pero para mí, cada día era peor que el otro. El tiempo ni siquiera ayudaba, se avecinaba una tormenta sobre la ciudad y sentía que aquella sensación de tranquilidad ya no la tenía.

Observe mi brazo, un gran hematoma se comenzaba a formar luego del análisis de sangre que me había hecho. Los síntomas comenzaban a hacerse un poco más notorios que antes y tenía demasiado miedo de sentir que quizás, todos descubrirían mi secreto.

Suspiré y encendí el auto, pero tuve que detenerme cuando mi teléfono comenzó a sonar.

- Mama.

- ¡luna! ¿te encuentras con tu hermana?

Fruncí el ceño y observé la hora.

- Se suponía que estaría contigo. – murmure – Me habías dicho que la buscarías tú.

- Sí, pero no se encontraba en el colegio y la directora me ha dicho que estuvo en un par de clases y luego se fue.

- ¿Qué? Bueno, la llamare. No te preocupes, seguro se encuentra con alguno de sus amigos.

Al cortar con mi madre, llame al número de Lola. Comenzaba a preocuparme, ella ni siquiera contestaba.

Comencé a andar por la ciudad, estuve en todos los lugares que frecuentaba. Su café favorito, la librería de la ciudad, la biblioteca, el museo, por todos lados. Por un momento mi pecho comenzó a sentir esa ansiedad de pensar que le había sucedido algo.

Mi teléfono comenzó a sonar nuevamente y con la esperanza de que ella sea lo tome.

- ¿lola?

- No soy lola.

Rodé mis ojos con molestia. Escuchar su voz en estos momentos me daba demasiada repulsión. Hacia demasiado tiempo que no nos cruzábamos, ni sabía de él.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Solo quería pedirte perdón. – murmuro.

- ¿Perdón? Marcos ni siquiera te mereces el perdón. – hable con demasiada molestia.

- No es por lo de nosotros, Luna. – murmuro – solo perdóname.

- ¿de qué hablas? – fruncí el ceño con gran confusión.

- Yo no quería lastimarla.

Detuve el auto con rapidez ¿de qué mierda hablaba?

- No quería, pero ella me hizo enojar y yo...

- Marcos ¿Qué hiciste? – eleve mi voz, sentía romperse.

- La golpee, Luna. Golpee a Lola y no sé si se encuentra viva.

(...)

Baje corriendo del auto, Marcos me había dicho donde se encontraba lola. Aunque la lluvia cayera con violencia sobre la ciudad y que esto no estaba bien, en el estado en el que me encontraba, mi hermana era primero, ante todo. Detuve mis pasos cuando la vi en una calle sin salida, tirada en el suelo.

Me acerque a ella con rapidez, tome de su cabeza y la observe. Se encontraba tan golpeada, inconsciente y tenía demasiado miedo.

- Lola. – murmure – despierta, por favor, hermanita.

Busqué mi teléfono y comencé a llamar. Necesitaba una maldita ambulancia, necesitaba a alguien que me ayudara, pero al parecer nadie lo haría esta vez.

Amor clasificado - Juan Pablo VillamilWhere stories live. Discover now