SIEMPRE - PARTE II

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Jeremiah

Te vi entrar la primera vez y no puedo negar que me parecías una chica muy linda, tu sonrisa era muy llamativa.

Dos mesas de distancia. Una mirada fugaz.

Charlabas con tus amigas y no podía apartar la vista de ti; fui muy obvio en esos momentos, lo sé. Ni siquiera el libro que sujetaba era tan interesante como tú.

Me sentí nervioso justo cuando tus amigas giraron a verme. Sentí que no podía respirar justo cuando te vi acercarte a mi mesa.

Hola—dijiste con una sonrisa.

—Hola—te respondí.

La charla que surgió después fue lo único que necesitamos para darnos cuenta de que teníamos muchas cosas en común.

Meses de citas. Meses donde prefería estar contigo que salir con mis amigos. Meses donde mis sentimientos por ti florecían a gran velocidad.

Hasta que de pronto solo cambiaste.

Pasamos de hablar día y noche a apenas escribirnos. Empezaste a no tener tiempo para salir conmigo.

A las semanas se detuvieron los mensajes. Ni siquiera me saludabas cuando me veías.

La última vez que te vi estábamos ambos en la misma cafetería. Mismas mesas que el día que nos conocimos, con la única excepción de que no estabas con tus amigas. Esta vez te encontrabas con tu nueva pareja, él acababa de pedirte matrimonio y tú feliz le respondiste que sí.

Te deseaba lo mejor, créeme. Al final de cuenta lo que más quería era que fueras feliz, aunque no sea conmigo.

Tu mirada chocó con la mía en el momento justo en que salía del local. Ninguno dijo nada.

Volvíamos a ser dos simples extraños con cosas en común.

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"Todavía no encuentro a la persona que se haya quedado, y es ahí cuando pienso que los «para siempre» no existen".—Marie

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