Capítulo 41 hermosa, orgullosa y furiosa

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Hola chicas

les dejo unos capítulos para estos días

gracias por sus votos y comentarios, besotes

Lena beso a Kara con todos sus sueños y fuerzas que le proporcionaban sus labios, pronto vio que se quedaba dormida pegada a ellos como si fuese lo único que esperara para descansar, Lena fue por una manta que estaba sobre una cómoda donde supuso qué dormía su amada, coloco su cuerpo al lado de ella para abrazarse fuertemente mientras el cuerpo de Kara le proveía de calor suficiente para pasar la noche

Kara se había despertado con una brazo alrededor de su cintura, se giró para ver el lugar de donde provenía la mano y cuál fue su sorpresa al encontrar a Lena totalmente dormida pegada a ella como un koala, Kara se giró completamente para levantar a Lena y llevarla a su cómoda, la rubia se paró justo al pie de la cama para admirar la belleza de aquel sueño que era tan palpable, tan real, no quería despertar, no quería volver a su realidad, suspiro intentando no parpadear por el temor de qué aquella imagen de su ser amado desapareciera de su vista pero no fue así, Lena parpadeo uno segundos para enfocar su mirada en la rubia qué la miraba embelesada –te despertaste muy temprano cariño, aún no ha amanecido–

– ¿Lena? – Kara estiro su mano para tocar aquella imagen tan real – ¿Por qué....? ¿Que haces aquí? –

Kara volteó a ver a su alrededor, se suponía que estaba en Rusia buscando a la única persona que le podía ayudar con su dolor, hacía más de tres décadas qué Kara la había conocido en un pueblo pequeño llamado khor tagna una bella aldea llena de cristianos ortodoxos, a Alura una mujer de apenas veintitantos años que cantaba en las iglesias y tocaba el arpa con una sensibilidad increíble, Alura era visitada por las noches por dos niñas regordetas que siempre aparecían desnudas en su cocina, la primera vez qué las vio se asustó tanto que una de ellas salió corriendo por la ventana mientras la otra que se notaba un poco más lenta se quedó mirando a todas partes sin saber que hacer

no tengas miedo, ¿tienes hambre pequeña? – Alura estiro su mano para tocar a la pequeña que no parecía inmutarse por la temperatura tan baja que estaba imperando en esa época del año, su madre estaba enferma y se encontraba reposando en su alcoba era con seguridad que no sabía lo que acontecía n su cocina – ¿quieres sopa? Has d estar muriéndote de frio

Tengo hambre– dijo parpadeando con pereza

Alura se acercó a la estufa de leña y calentó algo de sopa y acerco un pan a la pequeña que ya se había acercado a la maesa donde había más comida para acabar –ven.... ¿cómo te llamas?

Mi nombre es Kara– Alura vio qué las manos de la niña estaba completamente sin piel sobre sus nudillos –tengo que irme– comenzó a caminar a paso lento hacia la ventana donde minutos antes su hermana se había aventado para afuera

Espera– Alura se sacó su chamarra y envolvió a la pequeña con esta – vuelve mañana, te invito a comer– no sabía porque martirio estaba sufriendo la niña pero su instinto de protección le indicaba que era correcto ayudarla– por favor, hare más sopa solo para ti

Kara sonrió al amable gesto y regresó a la mesa para tomar otro pan para el camino y salió de ahí para alcanzar a su hermana

Kara volvió otros días más hasta qué desapareció por dos años y cuando regreso a la casa de Alura la encontró llorando sobre la tabla de la mesa, con una mano apoyada en ella cubriéndose los ojos, Kara se acercó sigilosamente para tocar su espalda haciéndola saltar del susto

oh mi dios, me has metido un buen susto Kara– Alura sollozo unos momentos más hasta que se dio cuenta que Kara parcia ser la misma niña qué había visto haca dos años atrás – ¿quieres de comer Kara? – la rubia asintió muchas veces con felicidad, se sentó en una silla mientras veía a Alura que se paseaba de allá para acá con cosas y utensilios en las manos –

Experimento K.A.R.4.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora