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Tomé mi chaqueta, mi bolso y me dispuse a salir de ahí, respirar el aire fresco de Mullingar me ponía un poco nostálgica, cierta parte de mí se sentía así, atraída por los recuerdos, creo que es por eso que casi nunca vengo, los malditos recuerdos.

Empecé a caminar sin rumbo, hasta que me di cuenta de que había llegado al centro de la ciudad, estaba parada frente a la tienda de música en donde conseguimos Niall y yo nuestro primer empleo, sonreí instantáneamente y me adentré en ella.

-Hola buenos días, ¿en qué podemos ayudarte? —dijo un chico alto de tez morena.—

-Sólo estoy viendo, gracias —le sonreí.—

Empecé a ver todos los estantes que algún día llegué a acomodar, como los maldecía en ese entonces, fui a la sección de guitarras, Niall amaba estar aquí, era como el cielo para él.

-¿Bri? —una voz muy reconocida me hizo voltear en segundos era Arlene, la dueña del lugar, una mujer de unos 50 años aproximadamente, de tez blanca, un poco robusta, con una mirada tan tierna como siempre.—

-Arlene —caminé rápidamente hacia ella para darle un fuerte abrazo, su aroma a lavanda era inconfundible.—

-¿Cómo estás cariño? —dijo sonriente.— Tiene años que no te veo, mírate, estás más hermosa

-Muy bien gracias, ¿y tú? Por mi trabajo me era imposible venir —le expliqué.— Sigo igual —sonreí apenada.—

-Parece que fue ayer cuando trabajan aquí y ahora mírense —dijo nostálgica.— Niall es un cantante muy famoso y tú eres una muy buena diseñadora, por cierto... ¿recuerdas el festival que hace St Kenny?

-Si claro, me encantaba —dije sonriente y agradecida por no seguir con el tema de Niall.—

-Bueno, nos buscaron como todos los años para ayudar a los chicos, pero... ahora que estás aquí, me gustaría que nos ayudes con los vestuarios, ¿qué dices? —su emoción era tan grande que no podía negarme, además de que me gustaba mucho ese festival, desde pequeña amaba salir en ellos.—

-Claro que si —sonreí ampliamente.— Encantada de ayudarlos, lo sabes —ella asintió rápidamente.—

-Bueno, ¿podrías ir en dos días? Estamos buscando a otro músico que nos ayude, si sabes de alguien por favor avísame

-No conozco, pero si mi mamá sabe de alguien, le diré —la abracé nuevamente.—

-Estamos en contacto, linda

-Claro que si Arlene, nos vemos luego —le sonreí y salí de ahí.—

(...)

Seguí caminando hasta donde la dirección me indicaba, llegué a una casa de dos pisos blanca, muy bonita, con un jardín enorme, todo muy bello, subí las escaleras y me acerqué a la puerta para tocar.

Estaba demasiado nerviosa, después de tanto tiempo vería a Greg, él no tenía la culpa de que su hermano se haya convertido en un idiota, suspiré pesadamente por mis pensamientos, hasta que se abrió la puerta, era Denise.

-¿Brianna? —dijo sorprendida.—

-Hola —sonreí tímida.—

-Por Dios, pasa, pasa —dijo haciéndose a un lado.— Que linda estás, ven aquí —me dio un gran abrazo.—

-Que gusto verte, estás igual de hermosa —dije señalándola.—

-Ojalá —dijo divertida.— Tienes que conocer a alguien —murmuró emocionada.— Theodore —gritó.—

El pequeño llegó corriendo a la sala, sus mejillas estaban rosadas, creo que estaba jugando, me dio mucha nostalgia, parece que estaba viendo a Niall de pequeño.

-Hola —su vocecita inundó mis oídos, era Niall 2.0, definitivamente.—

-Hola pequeño —dije agachándome a su altura.— Que grande estás, mírate —dije asombrada.— Soy Brianna —le tendí mi mano.—

-¿La tía Bri? —le preguntó a Denise.—

-Así es cariño, ella es la tía Bri —dijo Denise sonriente.—

Me tomó por sorpresa que el pequeño ya supiera de mí, cuando Denise le confirmó quién era, el pequeño Theo me dio un abrazo fuerte, lo abracé de igual manera, no tenía ni 10 minutos de conocerlo y ya había quedado encantada con él.

-Ven, Greg está afuera —murmuró Denise.—

Tomé a Theo de la mano mientras caminábamos al patio, él daba pequeños saltos y columpiábamos nuestras manos, pasamos la puerta corrediza y ahí estaba Greg, sentado en un sofá, al verme se levantó y caminó hacia mi con una gran sonrisa.

-Bri, por Dios —dijo dándome un gran abrazo.— Tanto tiempo... —susurró.— Sigues igual

-Eso mismo digo —solté una pequeña risa.— Que gusto volver a verlos, estoy encantada con Theo

-Siempre le hablo de ti —dijo orgulloso.— Eres como otra hermana para mí

-Lo sé —dije un poco triste.— Tú también lo eres para mí —comenté mientras me sentaba en el gran sofá.— Nos criamos juntos —suspiré.— ¿Cómo están todos?

-Muy bien —dijo sonriente.— ¿Quieres una cerveza?

-Si por favor —sonreí.—

-Niall llegó ayer —yo lo miré sin ninguna expresión, pues ya me había enterado por las noticias.— Le va a encantar verte

-Si, seguro —sonreí forzadamente.—

-Mis papás como siempre, trabajando —suspiró.— Todo como siempre, vemos a tu mamá seguido, nunca se pierde un jueves de té con mi mamá —ambos soltamos una carcajada.—

-Tal vez deberíamos de retomar los jueves de juegos y galletas —alcé rápidamente las cejas.—

-No sería mala idea —dijo divertido.— Niall le rogaba a mamá para que hiciera galletas, sabía que eran tus favoritas —sonreímos al recordar.—

-Lo sé, era un hermoso gesto —suspiré.— Amaba esas galletas

-¿Desde cuándo no hablan? —preguntó curioso.—

-Prácticamente desde que inició su carrera —alcé los hombros.—

-No te sientas mal, Niall es así, a veces mamá pelea mucho con él, digamos que no la llama mucho           —suspiró pesadamente.— Y bueno, a mi siempre me habla para preguntarme por Theo, siempre está ocupado

-Lo sé —sonreí a medias.— Él es así

Estuvimos platicando un par de horas más, también jugué un poco con Theo, me hizo prometerle que vendría más seguido y claro que sí, lo había amado en segundos.

Quedamos de vernos un día de estos, tal vez en San Patricio, pero aún no estábamos seguros, me despedí de todos y me dirigí lentamente a mi casa, amaba caminar tranquilamente por estas calles.

This TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora