E͎n͎e͎m͎i͎e͎s͎ t͎o͎ L͎o͎v͎e͎r͎s͎ ↑ J͎o͎h͎n͎i͎l͎

C͎h͎a͎p͎t͎e͎r͎ ↑ 10

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Yoonoh rió golpeando su muslo y su novio lo miro como si de ovni se tratase.

— ¿Estás bien? —le preguntó y el castaño negó para luego mostrarle en su celular la razón por la cual se estaba riendo.

No era nada del otro mundo, sólo un estúpido meme que le hizo sacar una risa escandalosa y un poco innecesaria según Doyoung.

— A veces creo que tienes problemas —soltó más bien para el viento y Taeil quien venía saliendo del corredor rió.

— Sí los tiene. En preescolar se comía los crayones —exhibió y el menor le lanzó un cojín.

— ¡Hyung! —dijo enojado y su hermano sólo le ignoró.

Kim hizo memoria y luego levantó su dedito índice.

— Ah~, por eso nunca me quiso hablar de esa foto de él pequeño en la que salía con los dientes de colores —el mayor de los Moon's estalló en risas mientras su hermano se cubría avergonzado.

Ahora su novio también sabía de aquella vergonzosa situación...

— Bueno, ya los dejo solitos —soltó Taeil acomodando su hoodie.

— ¿A dónde vas? —preguntó Jaehyun.

— A "Nunca Jamás" a tener una aventura con Peter Pan —explicó y luego sonrió.

— Deja de leer tanto, campanita, no te hace bien... Por cierto, dile a tu "Peter Pan" que luego pasaré por allí —

Taeil rió y luego se fue.

— ¿Es Johnny, cierto? —cuestionó Doyoung.

— Sí... Esos dos dicen que se odian pero los veo tomándose las cosas con seriedad —soltó y luego suspiró.— Pero, bueno, no es nuestro asunto —

— ¿A qué saben los crayones? —

Esa pregunta fue tan random que Jae se quedó casi sin movimiento.

— Oh, no, Kim Dongyoung, no me jodas —

— Perdón, perdón —se disculpó entre risitas.— Creo que yo también me voy —

— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntó viéndolo con un puchero fingido.

— Entonces hagamos algo, tú sólo estás viendo cosas en tu celular y yo estoy aburrido mirando qué sé yo —se quejó.

— Perdón, amor —se disculpó y sin más besó su sien para luego agarrarlo al estilo nupcial y llevárselo rumbo a la habitación.— ¿Qué tal un masaje? —sin más le guiñó un ojo y el pelinegro se sonrojo.

Sabía a que se refería el contrario con eso.

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Seo se sorprendió de ver al castañito parado en su puerta. Más que este tenía unos bonitos shorts de mezclilla que hacían resaltar sus preciosos muslos, además de un hoodie rojo supreme.

— ¿Illie? —preguntó y luego sonrió abriendo la puerta.

Moon entró y luego observó bien al extranjero.

Estaba sin camisa y se notaba algo sudado.

— ¿Vine en mal momento? —preguntó.

El rubio negó y tiró su cabello hacia atrás.

— Sólo estaba haciendo un poco ejercicio en la terraza, pero justo había acabado para cuando tocaste el timbre —contestó y luego le dio otra obvia miradita al contrario y una sonrisita se originó en su rostro.— Dame 15 minutos para ducharme, tú hueles genial y yo estoy todo sudado —pidió y vio al contrario asentir.— Ponte cómodo... A no ser que quieras bañarte conmigo —

— Recién salí del mi baño, así que paso. Déjalo para después —le guiñó un ojo y el más alto rió bajito.

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— Listo —soltó el americano saliendo del baño con el cabello húmedo.

Taeil estaba arrecostado en su cama esperándole. Mientras miraba algo en su celular.

— ¿A qué se debe tu visita sorpresa? ¿Me extrañabas? —tomó asiento en la cama junto al mayor y este se acercó a él para acariciarle el mentón.

— Digamos que eres Peter Pan y esto es Nunca Jamás... Vine a vivir una aventura —respondió con una sonrisa y el menor no pudo resistirse.

Moon Taeil le gustaba demasiado.

Lo dejó sobre el colchón y se puso encima del mayor.

— No juegues conmigo, lunita... Soy como el fuego, te puedes quemar —advirtió.

El castañito mordió su propio labio inferior y luego agarró al rubio de la nuca.

— Johnny... —soltó en forma de jadeo.

Seo comenzó a besarlo con pasión, creando chasquidos y haciendo al más bajo suspirar.

— Tú y yo tenemos unos gemidos pendientes, ¿no crees? —

Moon sólo asintió volviendo a besar al contrario. Amaba dejarse llevar por aquel caliente estadounidense.

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— Ahh, uhm, J-John~ —gimió Taeil dando saltitos sobre la pelvis ajena.

Seo lo miraba jadeante y le daba buenos apretones en las nalgas.

— Sin dudas, no existe nada más caliente que tú encima mío montándome y siendo todo un pasivo chillón —confesó Johnny y luego mordió el cuello ajeno.— Amo tus gemidos, dulzura... Me ponen tanto —

Esta vez dejó una sonora nalgada en la piel blanquecina ajena y sonrió contra la clavícula del mayor cuando escuchó el gemido agudo que soltó trás el azotón.

El cuerpo de Taeil comenzó a recibir espasmos y Seo obviamente lo notó, por lo que comenzó a moverse al compás de las bonitas caderas ajenas. Golpeteando más y más en el punto dulce de Moon.

Haciéndolo venir una vez el placer fue mucho, y viniéndose él también, al sentir la cálida sensación y lo apretado que se puso el interior del más bajo.

El sexo era demasiado bueno. Los besos adictivos y esas miraditas tan profundas...

— E-Estoy tan confundido... Esto que tenemos... Me gusta demasiado... Pero —comenzó a titubear.

Seo le acariciaba la cintura y dejaba dulces besitos en sus mejillas.

— ¿Pero? —

— Tengo miedo de estar enamorándome —admitió.

Johnny se quedó un rato en silencio.

— Intentémoslo... Tengamos algo formal, Taeil... No te vas a arrepentir —el mayor sonrió.

— Vale... —