❝Mes 1 - depresión❞

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Me desperté con el molesto sonido del timbre, mis ojos eran incapaces de abrise por la falta de sueño.
Fui al baño y me di un vistazo rápido en el espejo. Mi aspecto era horrible, pero no hice nada por cambiar algo que iba a estar presente durante un largo plazo.

Llendo hacia la puerta me pasé por la habitación de Delia para comprobar si seguía dormida, y efectivamente, su pequeño rostro descansaba placidamente en la almohada. Desearía volver a tener 7 años, cuándo no tenías que preocuparte por nada, y las soluciones a todo te las entregaban en bandeja de plata.

Él pomo brillaba con los rayos de sol que entraban por la ventana colandose por mi salón, abrí la puerta, lo último que esperaba encontrarme era a ella, a Janice, la tía de Amelia. Me abalance sobre ella, tirando mi bastón a dios sabe dónde, y abrazandola lo más fuerte que pude ignorando por completo que no le había dado ni tiempo a saludarme.

── Janice...- Mis palabras eran entrecortadas, había comenzado a llorar como una idiota.

── Se te echaba de menos. - Dijo ella acariciando mi pelo.

Cada vez que me abrazaba, nunca tocaba mi espalda, si no mis hombros o mi pelo, eso me había proporcionado mucha confianza con ella.
Nos separamos y le di una última mirada antes de separamos, ella también tenía ojeras, pero siempre mantenía su figura impecable.

── No es un poco temprano para recibir visitas.- Reí pasando mi mano por mis mejillas para limpiar mis lágrimas.

── Wilhemina, son las 12 del mediodía.

Suspiré llevando mis manos a la cabeza.

── Perdón, anoche conseguí dormir algo por el sueño acumulado.

── No estabas tomando pastillas?- Me preguntó con el ceño fruncido mientras se quitaba el abrigo y lo dejaba en una de las sillas que acompañaban a la mesa.

Me senté en el sofá cansada, no podía aguantar más el insomnio, comenzaba a entender esa parte de Amelia, lo mucho que le costaba dormir por las noches.

── Me da miedo empezar a tomarlas y ni dejar de hacerlo, suena estúpido...pero siempre he tenido un problema con eso.- Rasque mi nuca y volví a mirar a Janice- Perdón, quieres algo de beber, no he tenido muchas visitas últimamente.

Traté de desviar la pregunta, era algo de lo que no me gustaba hablar. Siempre me había reído de las personas que sienten eso, miedo de no poder parar, porque pensaba que eran débiles y no sabían afrontar la situación. Pero ahora era yo la que me reía de mi misma, entendiendo por fin que no lo haces queriendo, que realmente intentas salir de la situación, pero hay algo que te lo impide.

── Claro, lo que tengas, cualquier cosa me viene bien.

── Agua o vino...a no ser que quieras tomarte la leche de mi hija.

── Agua, gracias.

Le serví un vaso de agua y se lo entregué en la mano.
Mis manos temblaban, no había visto a Janice desde el funeral, menos por unas cuantas veces que nos contestabamos mensajes por Twitter, no la había vuelto a ver.

── Y por cierto, tengo que despertarla porque sino luego no duerme. - Comencé a caminar hacia el cuarto de Delia a paso lento.

── Espera...- Me paré y me di la vuelta- Necesito hablar contigo primero...

── ...Está bien.- Me volví a sentar en es sofá, esperando atenta por sus palabras.

── Verás...- Suspiró- En dos días es el cumpleaños de-

𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐫𝐞𝐦𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫 𝐦𝐞Where stories live. Discover now