xviii. lates de nuevo

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La luna ya brilla en lo alto del cielo, atenta a todos nuestros movimientos. Las voces se acoplan a lo largo y ancho de la mina abandonada y hasta las estrellas son testigos de los besos susurrados a escondidas en algún rincón de Crazy Rock.

Hoy nadie ha gritado nuestros nombres.

Hoy no hemos tenido una entrada triunfal.

Casi pareciera que somos invisibles hasta para aquellos que miran desde el firmamento.

Hoy solo somos tú y yo. Kojiro y Kaoru. Y que agradable es no tener toda la atención por un momento.

Miya camina por delante buscando a Langa y Reki entre la multitud. Desde que salimos de casa, no ha dicho nada. Se ha limitado a ir unos pasos por delante, en silencio, pero echándonos un ojo de vez en cuando. No cabe duda de que lo sabe todo o prácticamente todo. Sus ojos de gato nos vigilan, observan la forma en la que me acicalo el pelo.

—Oye, ¿la coleta está mal hecha? —preguntas de pronto; parece que tú tampoco me quitas los ojos de encima.

—¿Mal? No, qué va. ¿Por qué lo preguntas?

—No sé, no dejas de peinarla como si te la hubiera dejado mal.

—No seas idiota, está perfectamente. Tampoco es como si no supieras hacerlas, ¿no?

—Bueno, vale, solo preguntaba...

Siempre tan inseguro.

Pero puedo respirar tranquilo. Estas inseguridades son tu verdadero tú. Eres cuidadoso con la gente, no te gusta molestar a otros ni dejar caer un comentario desafortunado en el momento preciso. Te preocupas sin pedir nada a cambio pero no pesa. Estas inseguridades no te hacen daño. No te cuestionan si vales o no, si eres bueno o no, si mereces la pena o no. Y eso me quita a mí un peso de encima; me alivia ver que estás volviendo a ser tú.

Y al mismo tiempo me preocupa por toda la atención que vuelco en esas pequeñas cosas que te definen porque...

¿Cuánto más puedo llegar a enamorarme de ti?

Llegamos a donde los chicos nos están esperando. La imagen de Reki en la pantalla grande ha suscitado dudas y quejas como sospechaba. Nadie sabe de dónde ha salido y mucha gente no ve justo que lo hayan seleccionado a él en vez de a alguno entre los inscritos. Es curioso como nadie parece haberse fijado en él cuando lleva bastante tiempo dejándose caer por S.

Sin embargo, ya no es el chico que se marchó del circuito con un brazo escayolado. No es el patinador que se quedó atrás, que se alejó y desapareció. Llegaste a estar muy preocupado por él, nunca lo dijiste claramente pero lo dejabas caer en nuestras conversaciones antes de mi carrera. Igual que tú, se ha caído y está aprendiendo a levantarse. No creo que podamos convencerlo de que se retire...

—Así que iba en serio. Vas a competir contra ADAM. —Miya, de hecho, suena decepcionado.

—¿Qué? ¿Pensabas que bromearía sobre algo así? —comenta él, tan entusiasmado como de costumbre—. Puede que haya perdido una vez contra él, ¡pero ahora no me pillará por sorpresa!

Es cierto que ya sabe qué clase de tucos usa y nos ha visto esquivarlo. Sabe cuál es el punto débil del Love Hug tan bien como cualquiera de nosotros. La pregunta es si será capaz de llevar a cabo todas esas técnicas aprendidas.

Miya chasquea la lengua y se adelanta, con todo el cuerpo en tensión.

—¡Un slime no puede ganarle al Rey Demonio!

—Retírate de inmediato si las cosas empiezan a ponerse feas —le adviertes.

No quieres que se haga daño por esa mentalidad paternal tuya pero tampoco intentas que se baje del barco. Sé que en el fondo quieres que compita y que muestre todo lo que tiene. A mí también me gustaría verlo.

sodaro kaoru? ▶ matchablossomWhere stories live. Discover now