La fusión de dos seres

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Capítulo 12

Está sensación era extremadamente rara, no me mal interpreten se sentía bien pero a hora podía sentir un montón de cosas vivas en la isla e incluso fuera de ella, podía sentir los pequeños organismos que se movían en lo más profundo del mar e incluso un grupo grande de ballenas ethereas que se movían juntas probablemente en busca de alimento, podía sondear el mar sin necesidad de tocarlo directamente y eso significaba una ventaja relativamente buena en cuanto a mis habilidades sensoriales.

Dentro de las cavernas podía sentir como el aire se agrupaba junto a las paredes talladas e incluso podía sentir el remanente de poder que las había tallado, podía ver claramente como Zeus se levantaba del suelo y con fuerza estrellaba su puño contra Adamas que se cubría con su antebrazo, su lucha, sus patrones, podía sentir incluso a Hades que estaba alejado de todos los demás, probablemente en su etapa de chico edgy y solitario aunque no me importaba mucho lo que hiciera con su vida mientras se mantuviera lejos del cuarto de Menthe.

El cuarto de Dafne y el de Alyssa probablemente estarían vacíos ya que esas dos habían decidido mudarse al mío o eso parecía debido al dulce olor floral que había en cada una de mis almohadas... Se extrañaba el fresco olor a menta, además no usaba mucha ropa que no fuera la curiosa armadura de Poseidon y tenía muy pocas prendas extra así que fue raro ver que mi  armario parecía excepcionalmente llenó, talvez tendría que castigarlas por ser niñas malas, pero eso tendría que esperar hasta después.

Tenía que concentrarme y dejar en blanco mi mente, debía dejar de pensar lo cual no era tan difícil a menos que te propongas a hacerlo, a veces solo sale a lo natural, pero esta vez tenía que hacerlo por iniciativa propia así que tardaría bastante más, aún así no había mejor forma de empezar que empezar.

Relaje totalmente mis músculos, calme mi respiración, deje de enfocarme en mi alrededor y fue solo cuando sentí una pequeña sensación de frío que empecé a escuchar el suave ruido que producían las gotas de lluvia al chocar contra el suelo, me levanté del suelo al ponerme de pie y empecé a caminar lentamente por mis alrededores, está sensación era extraña podía ver cómo como la oscuridad rodeaba lo que pude reconocer como la cueva del monte ida.

No sé muy bien que tenía que hacer así que me confirme con caminar hacia donde se producía el sonido de la lluvia, al salir de la cueva note que la oscuridad fue remplazada por una niebla no muy espesa, el  cielo estaba bastante nublado pero la luz traspasaba las nubes dotando de tonalidades grises el ambiente.

Los bosques fueron remplazados por el cielo cuando llegue al mismo risco desde el que salte al iniciar mi aventura, ante mi estaba en mar pero era diferente, el mar estaba pasando por una tempestad enorme, con olas gigantes chocando entre si, las nubes grises habían empezado a oscurecer formando una tormenta que empezó a lanzar bolas de granizo al mar acompañada por truenos y relámpagos, definitivamente el mar estaba hecho un desastre.

Podría llegar a admitir con mucha vergüenza que tarde unos cuantos minutos en darme cuenta de que el mar frente a mi  representaba el conflicto de mis emociones, sin embargo era un avance, sabía que mis emociones estaban mal a hora solo tenía que encontrar la forma de aclararlas y eso lamentablemente me llevaba a aún más preguntas.

¿Por qué mis emociones estaban en conflicto?, Y ¿Por qué algunas se sentían tan similares pero a la vez extrañas?,
¿Que había causado esto?, ¿Acaso tendría que hacer un enfrentamiento cliché contra el otro Poseidon?.

Solo el tiempo me daría las respuestas aunque para ser sincero no tenía paciencia necesaria para esperar y tenía el presentimiento de que necesitaba arreglarlo pronto, así que haciendo una referencia a mi mismo termine lanzandome hacia el mar, dónde las olas seguían luchando sin ningún tipo de tregua mostrando su fuerte determinación de mantenerse superiores, me sentí un poco ignorado por las olas aunque estás no podían tocarme, incluso si una se movía a mi dirección se abriría para dejarme intacto y seguir su camino, al parecer el mar me seguia respetando sin importar dónde estuviera, incluso si técnicamente este mar no existía.

Renací como Poseidón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora