FINAL

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La música se esparcía por el teatro principal de la ciudad y los reflectores apuntaba a su figura, los nervios lo estaban consumiendo y aún así sacó el valor para extender sus manos hacia el cielo y empezaba a bailar con gracia y elegancia, las plumas de su vestuario se movían con ligereza mientras él se fundía y se convertía en el más hermoso Cisne, sintió unas manos en su cintura, volteó y se encontró con la dulce mirada del castaño del que estaba enamorado. El príncipe lucía realmente apuesto con ese traje blanco resaltando todas sus facciones, Sugawara lo miró embelesado notando que en su vestimenta faltaba su espada y sintió un vacío en el pecho.

¿Quién perderá esta vez? ¿Te romperán las alas o el príncipe perderá su espada?

 Tooru lo levantó entre los aires extendiendo su silueta de forma majestuosa, se miraban con amor y adoración mientras robaban el aliento con su actuación. No había duda que eran tal para cual, su pasión se desbordaba y arrollaba con un inmenso poder.

Oikawa entrelazó sus dedos y lo acercó a él, acarició su mejilla, le sonrió y le regalo un beso, un beso que le supo a todo el amor que tenía guardado, pero tambien le supo a tristeza, a melancolía, a soledad y a una amarga despedida llena de un dolor insondable y profundo

—Vuela, mi bello Cisne— susurró el castaño cerca de sus labios —Vuela, mientras yo te veo con orgullo—

Sugawara despertó algo angustiado, sentía una opresión en el pecho y un vacío en el estomago ¿Qué había sido ese sueño? Se frotó la cara limpiando las lágrimas que se había atrevido a salir sin su permiso o razón alguna, los primeros rayos del sol iluminaron la habitación y él se levantó con dirección a su cocina por un vaso de agua, sentía la garganta reseca.

Había vuelto a su casa después de la acalorada discusión que había tenido con el productor, no sentía correcto quedarse en esa propiedad, no cuando ya no había nada más que decir, ni más que hacer, esa relación estaba condenada por lo que a pesar de sus sentimientos y de lo mucho que lo amaba decidió que era mejor zanjar todo.

Prendió la televisión mientras se servía el vaso de agua, el sonido de las noticias llamó su atención y sostuvo el vaso sin dar el trago mientras observaba a la reportera hablar.

"El mundo del ballet esta de luto"

¿Qué?

"Alrededor de las cuatro de la mañana se reportó un aparatoso accidente en la autopista camino a Tokio donde un auto negro salió de la carretera cayendo entre el acantilado del lugar, hasta el momento sólo se ha encontrado  una víctima en el lugar, que desgraciadamente perdió la vida antes de llegar al hospital. Se presume que se trata del mejor bailarín de Japón: Oikawa Tooru"

El vaso de vidrio resbaló de sus dedos y se estrelló en el suelo rompiéndose de forma estruendosa, mientras el peligris se llevaba una mano al pecho sintiendo como sus latidos lo golpeaban con fuerza y agresividad.

¿Qué acababa de escuchar? 

"Paz perpetua al tesoro más brillante de Japón"

No

No

No era cierto

Se negaba a creerlo

No podría ser él, debía ser un error.

No así

Un jadeo escapó de sus labios y se sintió débil, tanto que cayó de rodillas mientras lloraba amargamente la pérdida, se lamentaba y se arrepentía de lo que había dicho horas antes, así no debía ser.

CisneWhere stories live. Discover now