03

96 22 3
                                    

Maly suspiró cansado... le dolían los pies de tanto caminar entregando currículums sin parar por toda la ciudad.

Montreal era una ciudad maravillosa pero tremendamente costosa...

La temperatura en Canadá estaba siendo demasiado fría para ser apenas otoño... Se acomodó mejor el abrigo color celeste pastel. El paño era de primera calidad y lo mantenía cálido...

Había intentado buscar al chico, su nombre era Adam Debreczeni pero en Facebook y la guía local no había ningún Debreczeni...

Había ido a la costosa tienda con sus convers desgastadas y sus pantalones acampanados luciendo desentonado con el lugar. Incluso el de seguridad lo había mirado al ticket y la caja varias veces sin creerlo.

El dependiente no había creído que él lo había comprado y aunque el ticket regalo podía devolverlo no le devolvían el dinero cómo tal sino que se lo podían cambiar por otra cosa... Así que había cambiado su color negro por uno celeste pastel.

Tampoco le dijeron nada del chico que lo había comprado.

Se colocó la capucha que traía el abrigo en cuanto comenzó nevar. Sus pies pronto estarían mojados...

Había vuelto a acostumbrarse al ruido muy lejano y apenas perceptible de la calle, lo mantenía sumido en sus propios pensamientos...

Maly había huido de Dowton Eatside en Vancouver del remolque de sus padres luego de que este le pegara hasta la inconsciencia al enterarse era un omega a sus dieciocho luego de dos años escondiéndolo.

Había comprado con sus pocos ahorros un boleto a Montreal y nunca había mirado atrás. Había trabajado en todo tipo de lugares y tenía una pequeña ayuda del estado que había cubierto parcialmente su vida hasta los veintiuno... Ahora dos años más tarde Malec dependía íntegramente de su sueldo.

Al menos tenía algo de dinero para aportar para la comida de esta semana. Le gustaba cocinar, la vecina del remolque de al lado le había enseñado y sus amigos siempre elogiaban todo lo que cocinaba, su especialidad era la repostería.

Apuró el paso caminando entre las calles y mientras cruzaba un taxi dobló tocando el claxon asustando a Malec por el freno de golpe. El chico señaló el paso en verde para peatones mientras miraba ceñudo al taxista.

Entonces al volver a mirar al frente pudo verlo.

Adam.

¿Era él?

Caminó rápido viendo al chico rubio de cabello corto vestido completamente de negro caminar entre la gente.

Miró a su alrededor, era un barrio costoso de la ciudad, el chico llevaba una bolsa de comida en su mano. Malec estuvo a punto de girar sus pies e ignorarlo...

Pero no podía.

El muchacho le había regalado aquel abrigo. Uno muy costoso.

Obligo a sus pies a moverse hasta él, intentó seguirle el paso pero ahora que se daba cuenta el chico era mucho más alto que él y de largas piernas esbeltas. Dónde él era bajito y más relleno...

No podía hablar, su voz era muy extraña y fea según sus exs...

Lo alcanzó cerca de un bar y tomó su brazo de forma leve. El chico se giró de golpe alerta y miró al frente saltándose de su agarre.

Pudo notar que sus ojos eran de color miel con avellana fundida... Y lo miraban de forma fría.

-¿Tú...?

Malec se obligó a saludar con su mano sonriendo débilmente. No tenía idea cómo darle las gracias. Él no era bueno interactuando con alfas...

-¿Qué haces aquí...?

Silent LoveWhere stories live. Discover now