Amistad

2.3K 256 89
                                    


Siempre estaremos juntos.

"Hinata, necesito saber la verdad"

La verdad, aquellas palabras que sonaban tan simples se habían vuelto un martirio para ella ese último tiempo; enterarse de algunas cosas no siempre era lo mejor, revelar algunas otras, a veces, provocaba dolor.

Pero la decisión en la mirada de Shikamaru, la fuerza y seguridad con la que se había plantado delante bloqueando el camino, solo le indicaba que no se iba a dar por vencido a menos que ella, una vez más, dijera la verdad.

No era fácil.

No era simple revelar algo que no le pertenecía solo a ella; romper sus promesas no era lo que acostumbraba y pesaba.

Notó, mientras la observaba, que Hinata desvió la mirada al suelo al verse presionada, y sus puños se apretaron ante algo que le estaba costando decidir. Pero no cedió.

Suponía que la situación era grave, la cara de su compañera lo decía todo, pero llegar al extremo de que costara decirlo era algo que no esperaba.

—Hice...—comenzó, y llevó su mirada una vez más a él, enfrentándolo—hice una promesa con Kiba de mantenerlo en secreto.

Con sorpresa, notó como sus ojos claros se transformaban en una súplica contenida que jamás le había visto hacer, mientras su delgada y pequeña mano sujetó la manga de su ropa en un intento de que no siguiera insistiendo. Y, por un momento, casi le hicieron dudar. Pero se mantuvo firme en su posición, si la quería ayudar primero debía entender.

Y ella debía ver que podía confiar en él.

—No le diré a nadie —respondió—lo prometo.

Nervioso por la situación, por el miedo que mostraba ella al hablar y por sus propios sentimientos recién descubiertos, llevó su mano y sujetó la de ella con decisión.

—Puedes confiar en mi.

Como si hubiese sido magia, la mirada de Hinata volvió a él, y habló.

—Kiba tiene un sillo maldito—reveló —que se activa cada 3 semanas.

Tragó fuerte al escucharla y recordar lo que significaba el sello maldito de Sasuke, la preocupación y los problemas que había traído. Así que, antes de sacar conclusiones, necesitaba tener más información.

—Hinata, debes decirme todo.

La mano de ella que tenía retenida entre la suya se removió inquieta, pero él la sostuvo en su lugar como si fuera la prueba de que podía continuar soltando la verdad.

—6 meses atrás—retomó—íbamos de misión cuando nos atacaron ninjas como los que enfrentamos hace un rato. Buscaban un usuario del Byakugan para marcar, y Kiba se interpuso en el ataque que estaba destinado a ponerme el sello.

Recordaba ese momento como si fuera ayer, en cada uno de sus detalles; en cada golpe que dio, cada movimiento y decisión que tomó, porque aquello fue el camino a la condena.

Había sido una irresponsable al dejar que la conversación que había tenido con su padre la noche anterior a la misión le quitara el sueño y la distrajera, porque eso había provocado que estuviera más cansada de lo normal.

Y un error imperdonable la alcanzó.

El ataque la encontró de sorpresa mientras combatía a otro de los enemigos, y demasiado cerca como para esquivarlo, así que se entregó para recibir aquel impacto que jamás llegó.

—Kiba se interpuso—dijo con una culpa que no podía ocultar—se sacrificó.

La distracción de ver que habían puesto el sello en la persona equivocada le dio el tiempo necesario a Shino y Hinata para atacar y ganar el encuentro, pero el precio que pagaron fue alto. Kiba estaba inconsciente.

SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora