Dante después de un largo día de trabajo llegó a la casa sonriente, con una pequeña sorpresa para la reina de su corazón: un ramo de rosas blancas, y una cajita con fresas cubiertas de chocolate, ese antojo especial del cual Minerva no dejaba de hablar los últimos días.
Subió las escaleras rápidamente, entrando a la recámara, y se encontró a Minni sentada en el piso llorando desconsolada, con ropa regada por todas partes. Dante puso la cajita y las flores en la mesa de noche y acudió a su lado.
Dante: Mi amor ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? ¿Son las bebés?
Minerva: ¿Qué que pasa, Casanova? ¡Pasa que ya no me queda nada! ¡Soy una ballena! Siento que voy a estallar, seguramente te doy asco [sollozó histérica volteándose y Dante se sentó atrás de ella abrazándola por la espalda]
Dante: Mi reina hermosa, tú jamás me darías asco. Eres la mujer más bella en este mundo, la que jamás me cansaré de adorar. La mamá de nuestras princesitas que están a punto de llegar [besó su hombro, acariciando su vientre]
Minerva: Ay ya mugroso, que cursi eres [soltó una risa divertida]
Minerva se recargó en su pecho y suspiró, sintiéndose mil veces mejor. Es que Dante siempre podía con ella. Esas veces que el sentimiento se apoderaba de ella, cuando sentía que todo era demasiado, su hermoso mugrosito siempre encontraba las palabras correctas, que junto con sus caricias y besos llenos de amor, le regresaban la calma que tanto necesitaba.
Dante: Te tengo una sorpresa.
Minerva: ¿Ah si? ¿Qué es?
Dante: Ven, vamos a la cama.
Minerva: Mi vida, me encantaría. Pero con esta panzota no creo poder.
Dante: Cochina, no es eso [dijo riéndose]
Después de ayudarla a levantarse del piso y sentarse en la cama le presentó el ramo de rosas y esa cajita que ella abrió emocionada, sintiendo ganas de llorar de nuevo.
Minerva: ¡Flores y fresas! Ay, Dante, mi vida [lo miró con un pequeño puchero y el sonrió sentándose a su lado]
Dante: Nada de llorar, pruébalas.
Dante tomó una fresa llevándola a sus labios, y Minerva cerró sus ojos al morderla, suspirando y disfrutando de los sabores. Cuanto amaba las fresas con chocolate, pero más a ese hombre que se desvivía por ella, cada día demostrándole que era la reina de su vida.
Abriendo sus ojos, y con una sonrisa pícara, Minerva puso a un lado las flores y las fresas, rodeando su cuello con sus brazos se comió a Dante a besos, pequeños jadeos escapando, sintiendo el calor incrementar en su cuerpo con cada caricia, con esos besos que la derretían.
Minerva: Te adoro, mugroso bello, hazme tuya [jadeó]
Dante: Pero.. mi amor, ¿estás segura?
Minerva: ¡Lo sabía! Ya no me deseas [ese puchero de consentida apareciendo de nuevo en su rostro, sus ojos inundándose de lágrimas]
Dante: No es eso, mi reina, lo sabes. Te deseo como no he deseado a nadie en este mundo. Nunca me cansaré de amarte.
Minerva: Demuéstramelo entonces Casanova. A ver, báilame como aquella vez en el hotel [dijo mordiendo su labio, su humor cambiando tan repentinamente que la cabeza le daba vueltas a Dante]
Dante: Está bien, a mi reina lo que pida [sonrió negando] Pero, usted bailará conmigo, como de que no.
Dante puso música alegre en su celular colocándolo en la mesa de noche, y comenzó a bailar solo para ella, con una sonrisa seductora. Se desabotonó la camisa, y tomando la mano de Minerva la pegó a su cuerpo, tomándola de la cintura, cantándole mientras bailaban.
🎶Contigo me siento vivo
Algo glorioso divino
Soy el hombre más dichoso
Feliz, millonario
Sin na' en los bolsillosUn Premio Nobel tu has sido
Mi arte más preferido
Sin envidiar a Picasso
Que obra maestra
A diós felicito🎶Minerva: ¡Estás loco! [soltó en una carcajada]
Dante: Loco por ti, mi hermosa reina.
Dante la abrazó por la espalda, los dos moviéndose sensualmente al ritmo de la música, él besando su cuello, Minerva con los ojos cerrados perdiéndose en las sensaciones.
Minerva: Mi amor..
Dante: ¿Hmm? [mordió suave su oído pero Minerva no reaccionó como imaginaba, al contrario se separó de él volteando a verlo, frunciendo su ceño con sus manos sobre su vientre] ¿Qué pasa?
Minerva: ¡Pasa que las niñas vienen en camino! ¡Ayy!
Dante la tomó de la cintura sosteniéndola, y Minerva no pudo evitar soltar un pequeño grito de dolor, su fuente se rompió en ese momento cuando una fuerte contracción arrasó con ella.
Tan pronto se le pasó esa contracción Dante la ayudo a sentarse y ponerse los zapatos, y corrió al closet por esa maleta que ya tenían lista justo para este momento.
Minerva: ¡Apúrate mi vida! Ahhh [cerró los ojos, respirando profundo al sentir otra contracción] creo que vienen apresuradas las princesas.
Dante: Voy, voy. Ya tengo todo, ¿puedes caminar mi amor?
Minerva asintió, y ayudándola a levantarse, sosteniéndola de la cintura subieron al auto, y directo al hospital, llamando a la abuela de las princesas en el camino.
El momento había llegado, esas hermosas bebitas tan anheladas, producto del más grande amor, estaban por entrar al mundo.
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La Reina [Fanfic]
FanfictionUn encuentro casual entre ellos dos pone en marcha eventos que les cambiarán la vida por completo. Gracias a Dante, Minerva se da cuenta de que el dinero y la clase social no lo son todo. Un sentimiento inmenso y una atracción irresistible nacen e...