𝐂𝐚𝐫𝐧𝐢𝐯𝐚𝐥 •𝙀𝙣𝙝𝙮𝙥𝙚𝙣•

Memory

"Con cada paso que damos, la agonía se convierte en felicidad"

Abril de 1934, Heeseung.

El día de la masacre había iniciado, las personas enloquecían por todo el pueblo the Bethwood, pues las autoridades habían anunciado a los medios que corría el fuerte rumor de mounstruos vagando libremente por las calles matando uno por uno hasta dejarlos sin una gota de sangre.

—Hijos, no salgan por nada del mundo—
—¿A dónde vas madre?— Dijo Heeseung alarmado.
—Tengo que trabajar— Dijo con una sonrisa cansada.
—Madre, tampoco puede salir, es muy peligroso y si le pasa algo no me lo perdonaría— Dijo el hermano mayor.
—Son rumores, tranquilos, aún no hay nadie afectado a lo que dicen. Tal vez los jóvenes lo inventaron, cuiden la casa por mí, los quiero mucho mis niños— Con aquella sonrisa que jamás borraba fue directo al hermano mayor y le dió un fuerte abrazo, seguido se dirigió con el menor a hacer el mismo acto y salió de su hogar camino a su trabajo. Si bien la familia no disponía de dinero, eran pobres y humildes; se esforzaban por tener comida en su casa, pero sobre todo eso eran muy unidos y estaban llenos de amor.
—Hyung, estamos a tiempo de hacer que vuelva— Le dijo Heeseung a su hermano.
—Dudo mucho que quiera regresar, es demasiado terca—
—¿Por qué ella puede trabajar y nosotros no?—
—Yo no me voy a quedar con los brazos cruzados, iré a trabajar también—
—Pero mamá dijo...—
—No se va a enterar, llegaré antes—
—Promételo Hyung—
—Lo prometo— Removió su cabello en gesto de cariño, en eso la puerta de su casa resuena bruscamente.
—¿Quién será?— Dijo Heeseung en voz baja, ambos se miraban confundidos.
—¡¡Ayúdenme!!, ¡¡por favor, abran la puerta!!— Una voz infantil se hizo presente, los hermanos se miraron rápidamente con susto, ¿esto en verdad estaba pasando?.
—¿Qué hacemos?— Dijo Heeseung.
—Tenemos que ayudarla, si hay peligro afuera no podemos dejar que una niña ande vagando sola— El mayor se levantó inmediatamente con desesperación y nervios hacia la puerta dejando a Heeseung en la sala. Después de escuchar el ruido de la puerta abrirse un grito ensordecedor se escuchó en toda la casa, seguido de el grito del hermano, Heeseung se puso de pie lo más rápido que pudo para correr a ver qué había pasado y se encontró con la peor escena que pudo ver. Una pequeña tirada en la entrada de su casa y su hermano en el piso con una persona de piel muy pálida sobre él, ¿qué era lo que le hacía y por qué sus lágrimas salían como rayo?.
Heeseung inmóvil ante tal situación pudo ver que su hermano sangraba y que aquella sangre manchaba los labios de aquél hombre. —¡¡¡HYUNG!!!— gritó con todas sus fuerzas mientras sus lágrimas no dejaban de caer. La bestia lo miró a los ojos e hizo una sonrisa de lado y con una velocidad anormal se acercó a él.
—Es tu turno— Empezó a reírse.
—Jung, es hora de que pares...— Una voz femenina se escuchó, el hombre frente al menor se dio la vuelta y miró a la mujer con una sonrisa.
—¿Y quién me va a detener, tú?— Su risa aumentó.
—Si es necesario voy a luchar contra ustedes—
—¿A sí?¿Tú y quién más?¿los humanos?— El hombre o la criatura que estaba frente a Heeseung se empezó a reír más fuerte.
—No necesito meter a más personas en esto—
—Yang, tengo todo un reino de gente que está de mi lado, ¿tú qué tienes?—
—Tengo muchas cosas bajo la manga que ni te imaginas, y en cuanto reúna todo, vas a estar hecho cenizas—
—¿Ya terminaste tu discurso?, tengo un asunto pendiente con este chico— Un acto veloz hizo que sus colmillos se enterráran en el brazo del chico, que éste gritaba de dolor, pues sentía como si poco a poco su alma se elevaba.
—Ya fue suficiente Jung— Una voz masculina se escuchó detrás de el malvado Jung y en un abrir y cerrar de ojos habían empezado una pelea entre vampiros. Yang trataba de contribuir para matarlo pronto pero cualquier humano era muy débil ante él, mientras que el vampiro que apareció le estaba dando pelea sólo que Jung era demasiado fuerte gracias a la sangre que drenó del chico y la poca que alcanzó a beber de Heeseung.

(...)

—Despertaste— Una silueta de una mujer se hizo presente ante sus ojos.
—¿Dónde estoy?¿quién es usted?— Heeseung estaba confundido, miraba a su alrededor y era más que obvio que no era su casa, al recordar aquella escena de su hermano en el suelo con la piel morada empezó a llorar.
—De verdad siento mucho lo que pasó, si tan solo Hongseok hubiese llegado antes, nada de esto hubiera pasado— La muchacha se miraba arrepentida, pues en sus ojos oscuros se podía ver tristeza.
—¿Sabes qué era ese mounstruo que mató a mi hermano?—
—Lo sé...— La chica empezaba a tener los ojos llorosos. —Son vampiros—
—¿Vampiros?—
—Sí— Se quedó en silencio.
—¿Perdiste a alguien también?—
—A muchas personas y todo por su culpa, aunque no todos son malos. Hay muchas personas inocentes que se ven obligados a ser vampiros y así como el chico que viste después que nos salvó es una de ellas pero... hay algo que debo decirte— La primer lágrima se dignó a salir de los ojos de ella.
—¿Qué cosa?— Estaba desesperado por saber la verdad. La chica caminó por la habitación que a decir verdad era un poco más cara que su casa, echó líquido en un vaso y se lo entregó al chico.
—Gracias— Dijo confundido, pues tenía muchas cosas que quería saber, la primera sobre su hermano, la segunda si su mamá se encontraba bien, la tercera sobre el lugar en el que estaba y por último quería saber quién era el señor de apellido Jung.
—¿Cuál es tú nombre?—
—Heeseung, Lee Heeseung—
—¿Edad?—
—Vayamos al punto y dígame todo lo que sabe para poder irme de una vez por todas— Dijo el chico sin rodeos.
—Primero tienes que beber lo que te dí, es muy descortés rechazar algo a tus mayores—
—Está bien— El chico dio un suspiro largo y sin pensarlo bebió el líquido hasta el fondo, cuando por fin pudo saborearlo frunció su ceño, era algo nuevo, raro y... ¿delicioso?. —¿Qué es esto?— Examinaba el vaso.
—Eso es a lo que voy, querías explicaciones, te las voy a dar...— La Srta. Yang con nerviosismo empezó a contar a detalle lo sucedido con su familia y de cómo se enamoró de un vampiro, también empezó a contar parte de la historia donde los "mounstruos" atacaban su pueblo y cada vez más las personas desaparecían sin dejar rastro.
El Sr. Jung, uno de los más poderosos de su especie reunió a muchas personas de su lado y fundó el primer reino formado por vampiros de nombre house lust, no era cualquier reino, sino uno de los más peligrosos. Con fines de tener a un clan numeroso, convirtió a humanos de la manera más horrible que se pudo imaginar. La Srta. Yang fue la única humana que se pudo safar de las manos de él y gracias a que tenía a Yang Hongseok, su marido, fue aún más protegida. Tiempo después, otros vampiros empezaron a dejar el reino y trataban de llevar una vida mezclada con los humanos, pero siempre teniendo control de su sed. Cuando Yang se enteró que de nuevo Jung hacía de las suyas para que las personas fueran a su reino, ella decidió tener contacto con aquellos exiliados de house lust con fin de acabar con ellos algún día.

Una semana bastó para asimilar lo que era y lo que ahora soy... era injusto el ver cómo cada día que pasaba lo iba a estar sin mi familia, pero ellos ya no siguen con vida por culpa de house lust. Ahora los señores Yang iban a ser mi única compañía, la gente a mi alrededor me desconocía, pues ya no aparentaba ser el Heeseung del pasado que era de clase baja y lleno de amor, ahora tenía que aprender a controlar mi sed, que costaba más de lo que yo pensaba. De vez en cuando llegaban visitas en las cuales eran sobre asuntos pendientes con el Sr. Yang.
La Sra. Yang era una mujer de 24 años pero para ser alguien que no sabía mucho de las cosas tenía un gran don de amabilidad e inteligencia que sin duda alguna era de admirar. Su historia antes de ser esposa de un vampiro no era tan extraordinaria, pues vivía sola y en depresión ya que su sueño era tener una familia feliz y Jung le arrebató a su madre y hermanas. Ahora yo soy parte de su vida y la convivencia de ambos es como la de una hermana mayor cuidando a su hermano pequeño.

—¿Todo bien Lee?— Dijo Jay mientras se incorporaba a su lado.
—¿Eh?— Volteó a ver al chico que estaba a su lado y asintió.
—¿Seguro?, porque yo me sorprendí mucho, sabía que era raro que una humana pudiera ver a un vampiro cuando se ocultaba de los demás, ¿pero los ojos?, es impresionante—
—Lo sé—
—¿En qué pensabas cuando la viste?—
—En mi vida—
—¿Tú vida?—
—Sí, antes de que me transformaran—
—Nosotros nunca tuvimos oportunidad de platicar esto, tú sabes perfectamente como cada uno de nosotros se transformó, pero nunca supimos tu historia—
—Jake lo sabe—
—Pero Jake fue producto tuyo—
—Ya, está bien...— Procedió a contar a detalle cómo murió su hermano frente a sus ojos. Cada descripción hacía a Heeseung ponerse más sensible, era un acontecimiento muy doloroso y lo ponía aún más triste que lo iba a recordar para siempre.