Love is a polaroid ━ Gojo Satoru

O4 ; I'm wishing I had what I'd taken for granted

━━━━━ Placentero masoquista

Un par de años antes

Satoru consumía tiempo si se lo proponía. Buscando abrumar las almas perdidas que se encontraba haciendo que las mismas desearan escapar de su presencia.

Tamako no era ninguna excepción, ni de broma. Se podría decir que era su nuevo objetivo de maniobras divertidas para pasar el rato.

[Nanami; 17:35 PM]
[Puedes golpearlo cuando quieras.]

Casi podía imaginarse el tono de voz, ese volumen neutro que Kento usaba para aquellos casos en que la indiferencia domina la mayoría de las situaciones que le molesten. ¿Cómo habían llegado a eso? Conserva el rostro que ha tenido sin tanto esfuerzo, tecleando una respuesta difusa evitando responder una cuestión por la otra.

[Tamako; 17:36 PM]
[¿Nos vemos el martes en la panadería de siempre?]

Esperando una respuesta, detiene sus pies a mitad de la acera. No había llegado a la esquina pero el pecho del sujeto comienza a acercarse más sin borrar la irónica sonrisa. Quinta salida sin asunto interesante pendiente y ya Satoru ni se molestaba en usar atuendo de la academia. Con unos jeans holgados de color gris, el suéter oscuro y los lentes negros tenía suficiente. Suspira ya cansada, lo usual de los últimos días era el tratar de mentalizarse en que se vería o charlaría con él por teléfono, para así no dejarse llevar por su carácter fuerte en cada broma que el albino soltara; algo inútil a los aproximadamente 10 minutos de conversación, porque el cretino no paraba de hablar banalidades, que si no trataban de ella, trataban de otros y eso no lo soportaba.

—Tamako-chan, intenta sonreír más. Siempre tienes una cara tan seria.

—¿Cómo no tendría una cara así cuando me haces cruzar media ciudad? –el olor de vainilla que se esforzaba por mantener estaba siendo suplantado por el de una pestilencia poco tangible y Satoru la observa mucho más divertido.

—Pero tú aceptaste venir.

Velozmente, el olor atractivo vuelve a interponerse por sobre el tóxico, desde el cabello de Tamako hasta sus pies. Sabía que ella hacia lo posible por no dejar que su técnica haga de las suyas sin alguna clase de consentimiento pero por otra parte, hay insinuaciones de su poder que ya se le escapan de las manos y la pobre tenía que lidiar con lo que poseía a su disposición. 

En los últimos días, Gojo Satoru, ha descubierto que no es tan amargada como aparenta el 80% del tiempo. A veces, sólo está callada como muerto en funeral, haciendo acotaciones que valgan la pena para la conversación. Es pacífica si no le pones el dedo en alguna quemadura ya sea reciente o antigua, y tiene buena memoria. Reserva datos inútiles de todo, desde su profesión hasta de las emisoras matutinas de radio que escucha por ahí.

Por esos detalles, es que le nacía sacarle cosas en cara. Era divertido a ratos, notar como se le desfiguraba el gesto a uno de silencio por no tener más nada con qué defenderse.