O5 ; I'm a rollin' freight train

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━━━━━ Cariñoso pesado

¿Cómo medir el universo? No hay cuerda de medir capaz de darle una respuesta a la humanidad, porque apenas se puede calcular la rotación del planeta tierra

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¿Cómo medir el universo? No hay cuerda de medir capaz de darle una respuesta a la humanidad, porque apenas se puede calcular la rotación del planeta tierra. Después de que el año tenga 365 días y el mundo lo supiera, cada día llegaba a ser efímero o crucial dependiendo de la visión óptica humana.

Para una Maldición, el tiempo no tiene gran importancia, ni cosas como medir el universo se suponen que tengan prioridad. La Maldición busca persistir en el espacio que nació y evolucionar en la mentalidad de que hay más “espacios”, más poder y más hambre de poseer. El Chamán promedio busca ahorrar además de tiempo, energías, porque la energía es lo que los hace diferentes para enfrentar su realidad.

Pero ¿cómo se mide el universo? Desde que Tamako era pequeña, el universo se medía por las leyendas tradicionales que le encomendaron en creer. Su abuela recitaba el mantra de que las gotas de lluvia, es la cantidad suficiente para medir el universo por el número y velocidad de caída a un rango de 10 metros, porque el número diez es un número completo, entonces nadie podría refutarle eso, porque no había nadie más. Luego estaba la cuerda roja atada al corazón de la tierra: la cuerda que no se rompe, pero no necesariamente está ligada al corazón de otra persona, los chamanes no pueden creer en esas cursilerías amorosas porque ese no es su destino y otra vez, Tamako lo aceptó porque para ese punto ya tenía 10 años, el mundo le parecía cada vez más grande y no había forma de negar, que si existía una cuerda atada a la tierra, lluvia incandescente por la madrugada o melodías desabridas, entonces habrían otras maneras de medir el universo.

Igual para sus diez años ya tenía el conocimiento de que no habían padres, hermanos de sangre o tíos allegados ni un hogar real. Su abuela era la base de las palabras, el té de cebada durante el verano, el tatami frío de las diferentes casas que habitó y el color verde que supo identificar como lo más cercano al amor, con éso, ella tenía suficiente.

A los doce años no importaba medir el universo. Menos si el universo filtraba tanto sentimiento exhaustivo, el barro que le quitaba el sueño. El universo se había convertido en una cacofonía descontrolada del cual, ella no estaba interesada en saber nada.

«—Es la hora Tamako. Es tu ritual»

Porque así comenzaba el desorden del que tanto le hablaba su abuela, para el que siempre le preparó. No estaba lista en separarse del olor fraternal que su vieja desprendía para con ella.

Solo hasta que hubo un disparo de colores más neutrales. Aquellos encantos mezclados sin matices difíciles de entender. No eran colores compuestos ni alterados, cumplían con la armoniosa similitud a lo que era una amistad; una que sufría golpes y se recuperaba. Haibara Yu y Nanami Kento, coloreaban la vida con un maravilloso recital de blancos y negros. Para que el mundo pudiera ser medido por colores, le costó un buen rato compaginar correctamente las pigmentaciones.

Love is a polaroid ━ Gojo SatoruWhere stories live. Discover now