VI.II

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Regresar a clases fue un alivio, aunque escuchó las quejas de sus compañeros acerca de que a pesar de estar suspendido él debía seguir cumpliendo con los deberes de su clase todo estaba bien, Jun lo regaño por meterse en problemas y algunas personas lo miraban mal por haber empujado a Suyen, sin embargo, las más cercanas a Suyen y a Rumi parecían tratarlo amablemente, porque ellos sabían que no todo estaba bien con la chica. No era justificación, pero había algo oscuro en Suyen que no podían dejar pasar.

—Tardaste mucho en regresar, ahora mi mejor amigo es Minghao. —Dijo Jun apuntando a Minghao quien solo le mostró la lengua con una sonrisa divertida. —Los del club de canto no dejaban de preguntar por ti y por Mingyu.

—¿Cómo está Soonyoung? —Preguntó casi por reflejo.

—Ya no se ve como una mierda si te lo preguntas. —Respondió Seokmin con un largo suspiro. —No sé que le pasó, de un momento a otro regresó a ser él. Tragar agua de mar lo ayudó, aunque dice que fue serio... Casi se ahoga.

La puerta del aula se abrió dejando ver a Mingyu. WonWoo sentía que su corazón se detenía, desde hace dos semanas no lo había podido ver, ni llamar, así que después de tanto tiempo sería la primera vez ¿eso justificaba su emoción? no debía, pero para WonWoo era suficiente. Solo que su primera emoción fue sustituida por una segunda, una segunda que cavó profundo en él y lo hizo sentir inmensamente preocupado e incómodo.

Mingyu se veía enfermo, tan pálido que podría asustar... tal y como se veían Suyen y Soonyoung antes. No estaba bien. Saltó de su asiento y caminó hacia el tomándolo del brazo para que no cayera ¿Por qué había ido a clases entonces? Mingyu lo miró, sus ojos perdieron color y el blanco había adquirido un color rojizo. No estaba bien. Su corazón latió con fuerza y tomó su mano examinándola. No estaba más delgado, pero había algo ahí. Palpó la piel sin decir nada, ni siquiera le preocupaba que lo vieran junto a Mingyu o que sospecharan, si lo hacían entonces daría la excusa del precidente de  clase.

Un pequeño bulto se movió en su brazo.

Todo llegó a él como si fueran destellos de luz, desde la escarcha, el bulto en la piel de Suyen, su comportamiento extraño, la larva que escupió Soonyoung, el líquido marrón que salió del cuerpo de aquella chica y de Suyen... No era normal, no podía ser normal.

La escarcha que cayó sonre Mingyu.

Lo miró directamente a los ojos y este movió los labios lentamente.

"Me obligó a venir"

Suyen apareció justo detrás de Mingyu y lo tomó del cuello y el rostro para girarlo. Ella lo besó.

Hubo gritos en el aula, algunos de sorpresa, asombro, y otros divertidos, pero algo no estaba bien. En la garganta de Suyen subían aquellas cosas por debajo de su piel, e iban en dirección a Mingyu.

"Voy a romper mi promesa" se dijo así mismo antes de empujar a la chica lejos y tomar a Mingyu de la mano para arrastrarlo fuera del aula. No le importó nada más, así que metió dos dedos en la garganta del chico obligandolo a vomitar.

—Escupelo, carajo. —Le dijo inclinandolo para que pudiera escupir. Mingyu vómito una mezcla de fluidos, y sobre ellos dos grandes larvas que se retorcían.

Algunos alumnos habían salido del aula para ayudar a Suyen, y Rumi se había interpuesto para que no los atacarán a ellos, incluso Jun que no comprendía nada estaba defendiendolos. No logró escuchar del todo claro el bullicio a sus espaldas, seguía buscando en Mingyu aquel bulto.

Suyen se puso de pie sin ayuda y WonWoo giró a verla, su cuerpo se veía extraño bajo el uniforme, y su rodilla estaba puesta en un sentido extraño. No la había empujado con tanta fuerza como para romper sus huesos, ella era demasiado frágil para ese punto. Miró a uno de los chicos que estaba intentando ayudarla y de un segundo a otro lo tomó del rostro para besarlo, y está vez WonWoo no pudo hacer nada por él, no pudo moverse, y todos alrededor estaban tan confundidos como para hacer algo al respecto. El chico la apartó de golpe y empezó a toser.

Los demás alumnos se alejaron con miedo mientras que el alumno daba varios pasos desorientados, como si estuviera ahogándose. Apartó a Mingyu cuando el cuerpo se acercó y lo colocó detrás suyo porque el chico estaba demasiado débil como para defenderse. Cuando el alumno cayó tan pesado como era todos se quedaron callados.

El cuerpo comenzó a sangrar de todos lados. Absolutamente de todos lados. El primer grito lo soltó Rumi.

Las larvas comenzaron a salir arrastrándose, comiéndose la carne aún viva del chico, abrieron agujeros en su torso y en el uniforme y salieron dejando gigantes agujeros que sangraban. Las dos que habían estado dentro de Mingyu se arrastraron hacía el cuerpo revelando  pequeños dientes filosos que por suerte estaban limpios y no manchados de sangre, ellos no consiguieron rasgar nada dentro de Mingyu. Dentro de todo lo jodido se alivio por un momento.

Levantó la mirada hacia Suyen, y ella se veía, por primera vez en mucho tiempo... triste.

Ella lloraba.


PARÁSITO -Meanie-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora