Mi Verdadera Identidad Esta En CRISTO.

La Promesa Es El Espíritu Santo.

Desde antes que se pudiera medir el tiempo, el Espíritu Santo ya se movía sobre la faz de las aguas.

La tierra no tenía forma, ni había en ella nada que tuviera vida.
Las aguas estaban cubiertas por una gran oscuridad, pero sobre la superficie del agua se movía el Espíritu de Dios.
Génesis 1:2.

Al igual que nosotros, antes de aceptar a Jesús como nuestro único y suficiente salvador, aceptar seguir sus enseñanzas y caminar en sus estatutos, nuestra vida estaba desordenada, no tenía forma, no había en ella nada que tuviera vida, y estábamos cubiertos por una gran oscuridad.

Dios habla de manera que entendamos que la presencia del Espíritu Santo se mueve sobre nosotros, esperando que la palabra de Dios nos de vida a través de la decisión de seguir los pasos de nuestro amado Cristo.

Cuando miramos atrás al antiguo testamento, vemos que el Espíritu Santo se movía, y se manifestaba a las personas, principalmente a los profetas, quienes Dios había elegido para dar guía a su pueblo y decretar su voluntad delante de los hombre; El obrar del Espíritu Santo era venir, y entrar en la vida de aquella persona y así dar poder a ésta, para cumplir la voluntad de Dios, ya fuera en batalla, en profecía, en señales y demás obras sobrenaturales de Dios, a los ojos de los hombres, pero no era permanente, ya que después de terminada la tarea encomendada por Dios, el Espíritu Santo dejaba a esta persona. Viniendo cada vez que fuera necesario.

Podemos ver ejemplos de esto en:

Jueces 6:34.
Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

Jueces 11:29.
Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

Jueces 14:6.
Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.

1 crónicas 12:18. 

cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.

2 crónicas 24:20.
Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo:

1 Samuel 10:10.
Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.

Dios conoce de que estamos hechos, y sabe que podemos hacer,  sabe que nuestras fuerza y entendimiento son limitados, por tal razón, él entiende que necesitamos de una ayuda para poder llevar a cabo los propósitos que él mismo tienen con nosotros desde antes de la fundación del mundo, y desde allí, creo yo que es de donde nace la promesa de un consolador, de una parte de Dios que nos llena y nos convierte de personas naturales, comunes y corrientes a personas,
sobrenaturales.
Valga resaltar que a diferencia de los tiempos antiguos, el Espíritu Santo hoy es permanente en nuestras vidas y esto nos convierte a los que recibimos esta promesa, en portadores de la presencia de Dios a todo momento.

1. La Promesa.

Cuando Jesús promete a sus discípulos el Espíritu Santo les dice:

Un día en que estaban todos juntos, Jesús, con el poder del Espíritu Santo, les ordeno: << no salgan de Jerusalén.
Esperen aquí, hasta que Dios mi padre cumpla su promesa, de la cual yo les hablé.
Juan bautizaba con agua, pero dentro de poco tiempo Dios los bautizará con el Espíritu Santo. >>
Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea, y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo.
Hechos 1:4-5,8