¡Tercera edición de la serokami week!
Dedicada por completo a Hanta Sero y Denki Kaminari, de Boku no Hero Academia.
💛🌻🖤
🌻Serie de one-shots dedicados a estos dos personajes. Habrá algún ship secundario pero todos los días se centrarán en el ser...
Dato curioso: esta es una continuación del día "Niñero" de la week del año pasado. No hace falta leerla para entender del todo, pero lo digo por si a alguien le interesa.
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Sero llevaba pensando en ese día toda la semana, y no tenía ganas de que llegase. Tal vez no tendrían que haberse acostado cuando supuestamente Kaminari debía cuidar de su hermano, pero todo fue accidental. Aunque tal vez podrían haber puesto el despertador para vestirse antes de que los padres de su novio llegasen, pero estaban demasiado cansados, y no creían que Shin les delataría.
El lunes en el instituto, Denki se había acercado a él en un descanso. Parecía preocupado y Sero supo que algo había pasado con sus padres. No es que supiese lo que ocurrió esa mañana, porque se había vestido y ni si quiera se quedó a tomar el desayuno. Los dos sentían demasiada vergüenza y pensaron que era mejor que Sero se fuese lo antes posible de la casa del rubio.
—Mis padres quieren que vengas a cenar el viernes. —En cuanto Denki dijo eso su mente se quedó en blanco. No podía ir a casa de sus suegros después de que los viesen desnudos en la cama—Quieren... Conocerte apropiadamente. Hanta ni se te ocurra faltar.
—N-no lo haré, tranquilo.
Intentó calmar a Denki, diciéndole que todo estaría bien y auto convenciéndose igualmente, o sería capaz de encerrarse en su casa y fingir que estaba enfermo. Al parecer la madre de Kaminari sentía especial interés por conocer al chico con el que salía su hijo, porque si bien conocían a Sero gracias a que eran buenos amigos, que de pronto supiesen que eran novios era un tema diferente y delicado.
No le preocupaban que no le aceptasen, sabía bien que los padres de Denki eran muy abiertos para esas cosas al igual que los suyos. Pero tenía el presentimiento de que iba a morir, y eso solo fue aumentando a medida que la semana avanzaba. La sola idea de tener una cena incómoda, con preguntas sobre ellos dos y seguramente miradas que buscaban que hiciese algo mal le hacían temblar.
Además estaría ese maldito niño, ¿acaso Denki no podía tener un hermano que fuese como él? No se parecían en absolutamente nada; su novio era alegre y amable con todos, mientras que ese... demonio, ni si quiera podía llamarlo niño, era un ser del mal. Era imposible que fuesen de la misma familia.
—Oye amigo, ¿seguro que estás bien? —Kirishima le preguntó el viernes, estando los dos en la cola de la cafetería—. Hoy es la cena con los padres de Kaminari, ¿no? Él parece que está igual de nervioso.
—Ni me lo recuerdes Kirishima... Creo que estoy por quedarme en casa, no puedo verles a la cara después de que nos vieran a los dos en su cama, y sin ropa. ¿Sabes lo que es que tus suegros se enteren de que te tiras a su hijo?
Le miró al borde del infarto mientras la cola avanzaba, y Eijirou no pudo más que darle unos golpecitos en el hombro, buscando apoyarle. Bakugo y él no tuvieron esa clase de problemas cuando anunciaron su relación porque fue algo más tradicional. Sus padres ya lo sabían porque les dijo que le gustaba Bakugo, y los padres del rubio simplemente le desearon suerte y le recomendaron pastillas para el dolor de cabeza.
