4: GTA

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Jack llega a casa cansado del trabajo, sintiéndose un poco miserable.

Cuando lo ve, sangre en el suelo.

Comienza a caminar hacia la sala, pero no ve a nadie, luego se dirige a la cocina y se da cuenta.

Vidrio roto en el suelo, y sangre.

Sabe que pasó, Gustabo termina lastimandose y dejando todo eso, como si jamás hubiese pasado.

Sube entonces a la habitación.

Y se encuentra a Gustabo jugando un videojuego, siempre es el mismo.

Que salió hace unos meses atrás, no lo entiende.

Aún en día, no puede continuar con todo esto, pero lo deja pasar siempre.

Solo que está vez ya se canso.

—¿Porqué lo hiciste?— pregunta refiriéndose al vaso en la cocina.

Gustabo no pone atención a sus palabras, así que camina hasta el cable y desconecta el juego.

—¿Qué mierda haces?— pregunta el rubio molesto.

—¿Qué haces tú? Esa es la verdadera pregunta, no aportas nada en casa, te la pasas jugando gta y no estás siendo de ayuda en ningún sentido— Jack dice molesto también.

Gustabo lo ve sin expresión entonces.

Jack entonces lo respira, drogas.

—¿Estuviste fumando dentro?— pregunta sin poder creerlo.

Gustabo rueda sus ojos azules.

—No seas un dramático amargado, pareces un abuelo, tiene sentido porque nadie quería follar contigo toda tu vida— empieza pero se detiene dándose cuenta.

Jack lo toma del brazo para levantarlo.

—Vete, no te quiero en mi casa más, ve y has lo que quieras sin que pienses que te detengo, mátate si eso es lo que deseas, pero déjame en paz, eres libre, no tienes que estar aquí si no quieres— se sincera.

Pero no lo dice de mala manera, solo quiere estar solo por un momento.

Siete años así, siete años con Gustabo es demasiado.

—Bien, como quieras— Gustabo dice sin expresión, saliendo de la habitación.

Después de un rato, Conway puede escuchar la puerta principal ser cerrada con tanta fuerza, que suspira de alivio por primera vez en su vida.

Decide limpiar todo el desastre y preparar una comida en el silencio.

Jamás se había sentido tan tranquilo en...nunca.

Sonríe a la nada, fue lo suficientemente fuerte para decirlo.

Aún así, dentro de su corazón, hay algo que duele un poco.

Pero come sin pensar en ello.

💫

Una semana después de que Gustabo está fuera de su vida, Jack se dirige hacía el súper, para comprar lo de la semana.

Y se topa con unos tipos hablando en un callejón.

Se detiene dándose cuenta, Gustabo está ahí también, con todos esos drogadictos, mientras está fumando un cigarrillo y riendo.

El corazón de Jack se hunde, sintiéndose el peor, puede ver qué algunos tienen revistas porno entre ellos, la razón por la que rien.

Cuando esos ojos azules lo notan y deja de sonreír.

Jack aparta la mirada, para continuar hasta el súper, y comprar lo que necesita.

Se queda pensando un rato en el pasillo de la leche, mirando en su interior que opciones tiene cuando se trata de esto.

¿Debería saludarlo?

¿O no?

Sale entonces después de pagar todo, llevando las cosas, pero cuando pasa por el callejón, una de las bolsas se rompe y caen algunos de los vegetales.

—Mierda— insulta entre dientes.

Cuando ve a alguien acercarse para ayudarlo.

Al verlo su respiración se va por unos segundos.

Gustabo está ahí, recogiendo los vegetales en sus brazos.

—Hey...¿Necesitas ayuda?— pregunta este tranquilo.

Jack acepta sin saber que más decir, entregando una de las bolsas a Gustabo para poder arreglar la que está rota y poder llevar lo que se salió.

Llegan hasta el auto y meten las cosas dentro.

—Bueno...de nada— Gustabo dice a punto de irse.

—Espera...¿Cómo estás? ¿Tienes un lugar donde dormir?— pregunta preocupado.

Gustabo lo ve por un momento dudando.

—Si, ahí donde me viste duermo— el de ojos azules dice honesto.

Jack se siente nervioso al respecto y un poco culpable.

—Ah....puedes dormir en casa cuando lo desees...yo...— sin poder saber que más agregar.

Gustabo lo ve por un momento y sonríe.

—Gracias, lo tomaré en cuenta—

Y se va, dejándolo solo.

Jack suspira, esperando que esto sea lo correcto y no algo malo.

Así que sube a su auto y decide irse de ahí.

💫

Esa misma noche, Jack Conway despierta por un ruido en su puerta y sonríe, sabiendo de quién se trata.

Extrañando un poco como Gustabo rompía todo.

descendre // IntenaboWhere stories live. Discover now