Otra historia de los Merodeadores.

Teenagers

Octubre de 1974

Ojalá se hubiera saltado esa clase, pensó que sería fácil, que su suerte no sería tan mal, porque si el tema del día eran criaturas mágicas pero tal vez y solo tal vez el maestro no pasaría la última hora de la clase recordando por qué los hombres lobos eran criaturas horrorosas y el por qué eran un peligro para la sociedad; si tan solo tuviera mejor suerte eso no hubiera pasado, en cambio ahora subía a su habitación, había ignorado a todos ese día, a penas y levantó la mano para saludarlos cuando regresó a la torre y vio a su amigos en la sala común.
Se hubiera deslizado dramáticamente por la puerta cuando el cerro, pero ver una rata en medio del cuarto cortaba su ambiente deprimente. No gritó, había visto muchas ratas, también había matado muchas ratas por eso, en especial durante las lunas llenas, no era ningún secreto que la casa de los gritos no era muy limpia y había ratas por montón se dejaba llevar, las cazaba y las mataba, no era algo de lo que sentía orgullo.

Se acercó al animal lentamente para poder sacarlo de la habitación y este salió corriendo por todos lados, se apresuró a cerrar la puerta del baño, que seguramente de ahí había salido el ratón. En su alteración había tomado una de las escobas que estaban ahí, no pienso en regaño que se llevaría de parte de james o Sirius, solo se concentró en cazar a la rata, le daba debajo de la cama, de escritorio, esa rata era de las más rápidas que había visto.

Todo se detuvo por un segundo cuando escucho como le daban vuelta a la manija, corrió a la puerta y la cerró apenas vio que se abría.

-Remus soy yo, solo quiero ver como estas –

-Ocupado, estoy intentando sacar una rata – Mientras estaban hablando Remus podría ver como la rata se subía a la cama de james, parecía estar buscando algo - no abras la puerta -

- ¿Okey? ¿Quieres que llame a los demás? –

- ¡No! -

-Estaré abajo entonces –

La pelirroja se alejó del cuarto escuchando golpes sordos a cada segundo, no le parecía estar yendo bien a Remus con la rata. Bajo riéndose las escaleras, esto no pasó desapercibido para James.

- ¿Qué pasó? -

-Hay una rata en su cuarto –

James y Sirius se miraron de inmediato, Lily nunca los había visto ponerse tan serios de repente, daba miedo si le preguntaban, ambos chicos se levantaron de sus asientos y salieron disparados a la habitación y el de anteojos casi se cae de las escaleras por andar saltándose escalones.

Mientras tanto Remus había dejado hace rato la escoba, ya tenía una pelea personal con la rata, le daba en su orgullo que fuera más rápida que él, así que ya no le importaba si tenía que atraparla con sus propias manos.
Después de andar correteando a la rata por todo el cuarto y después de unas cuantas caídas pudo acorralarla, cuando la rata intentó pasar por debajo de la cama de Sirius y se topó con un montón de cajas y ropas Remus puedo atraparla, victorioso y sin ningún temor la tomó entre sus manos, el animal se iba a dejar atrapar, así como así, intentaba escapar, pero no lo lograba, no hasta que el resto de merodeadores llegó.

- ¡No le hagas nada lunático! - James llegó gritando y abriendo abrió la puerta estrepitosamente. El castaño volteo a ver que estaba ocurriendo y solo vio como Sirius estaba a nada de aventarlo contra el suelo, dejó caer la rata que no dudo en salir – Oh no Peter -

En fin, Sirius y Remus terminaron en el suelo y james había tomado a la rata que temblaba asustada.

- ¿Peter? – Estaba confundido con todo lo que había pasado en tan pocos segundos.

- ¿Tu lo rasguñaste? – Pregunto james entre asombrado y molesto.

- ¿Tu llamaste Peter a la rata? – Sirius ayudó a Remus a levantarse del suelo mientras se disculpaba, el mayor tenía mente en otro lugar como para hacer caso.