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El día de su boda, San parado en el altar, esperando ansioso a Wooyoung.
Su boda se lleva a cabo en París, la ciudad del amor.

La música empieza a sonar, la madre de Wooyoung empieza a llorar, estaba tan orgullosa de su hijo y amaba su felicidad.

Por la puerta entra Wooyoung y su padre, San quedó fascinado, siempre había sido una persona hermosa, tanto por dentro como por fuera, pero hoy, estaba aún más bello de lo usual, su azabache cabello bien peinado y aquel blanco traje que le sentaba demasiado bien.

Wooyoung se paró frente a San, despidiéndose de su llorón padre, el cual siempre había sido una persona dura, pero ahora, se había convertido en un bebé.

Luego de que el sacerdote diera inicio a la ceremonia, llegó el momento de dar sus votos.

— Así, pues, ya que quieren contraer santo matrimonio, unan sus manos, y manifiesten su consentimiento ante Dios y su Iglesia.

San tembló, el era el primero.

"Yo, Choi San te quiero a ti, Jung Wooyoung, como legítimo esposo y me entrego a ti. Prometiendo serte fiel en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida."

Wooyoung suspiró, tenía miedo de ser traicionado por sus nervios.

"Yo, Jung Wooyoung te quiero a ti, Choi San, como legítimo esposo y me entrego a ti. Prometiendo serte fiel en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida."

—Entonces, Jung Wooyoung, ¿aceptas a Choi San como tu legítimo esposo, luego de manifestar tu consentimiento frente Dios y su Iglesia, prometiendo serle fiel en las adversidades, en la salud y en la enfermedad, el resto de sus días, hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

Pronunció seguro.

—Choi San, ¿aceptas a Jung Wooyoung como tu legítimo esposo, luego de manifestar tu consentimiento frente Dios y su Iglesia, prometiendo serle fiel en las adversidades, en la salud y en la enfermedad, el resto de sus días, hasta que la muerte los separe?

—Yo... Acepto.

—Bien, puede besar al novio. —Dijo, sonriendo.

Sin dudarlo, besó a Wooyoung, quien ya estaba llorando.

—Eres un bebé llorón.

—Soy tú bebé llorón.

—Lo eres.

—Te amo tanto, San.

—Yo también, más de lo que puedes imaginarlo.

Wooyoung sonrió y San, de nuevo, se enamoró.

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