Capítulo 23

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Tanjirō miraba a su alrededor con una pequeña mueca en sus labios, había toda clase de escenas y algunas eran realmente desagradables.

Shiemi por su parte, se acercó a tomar disimuladamente la mano de su pareja, el ambiente era bastante abrumador y aunque no quisiera admitirlo, lo estaba afectando. Se apegó lo más posible al más alto intentando disimular, viendo de reojo a Inosuke hacer lo mismo que él, de seguro bastante nervioso también por la cantidad de gente que había a su alrededor.

—Sean bienvenidas mis niñas al famoso distrito rojo.

—No pienso hablar contigo, bastardo— la voz de Zenitsu lo interrumpió, se notaba lo enojado que estaba, no obstante que su cabello estuviese amarrado en dos colitas altas y que sus mejillas estuvieran llenas de rubor solo lo hacían ver chistoso.

El ojiverde hizo una mueca de disgusto aguantándose el insulto y solo se dedicó a caminar intentando concentrarse en las suaves caricias que su mayor le brindaba a través de sus manos unidas.

—¿Estás nervioso? — Sintió un pequeño apretón en su mano.

—No, Solo un poco mareado por la cantidad de feromonas que hay en el aire... Es repugnante. —Se giró para mirar al ojirubi, quien inmediatamente le brindó la mejor sonrisa que podía hacer buscando transmitirle tranquilidad.

—Tranquilo, ya verás que en poco tiempo estaremos de vuelta en la finca.

—Eso espero.... — Murmuró apegándose un poco más a él.
—No me agradan las miradas de algunos.

—Ni me lo recuerdes...

—Cállense las dos, llaman mucho la atención. —Uzui los reprendió sin dejar de mirar hacia el frente.

—Vuelve a tratarme como mujer y te patearé las bolas.

—¿Qué dices Shiemi-chaaan? Una dama debería ser dulce y delicada.

—Dulce y delicada me vas a decir cuando te estés retorciendo de dolor en el piso — Sonrió amenazante recibiendo un suave apretón de parte de su novio y una negación con la cabeza.

—Dulce y delicada~

—Mira maldito poste, juro que cuando terminemos esta misión voy a dejarte sin capacidad de tener descendencia y me va a importar muy poco que me saques cuatro o cinco cabezas de altura. —Lo apuntó con el ceño completamente fruncido, recibiendo una sonrisa burlona a cambio y un nuevo apretón de parte de Tanjirō quien intentaba no llamar mucho la atención de la gente a su alrededor.

—Quiero ver como lo intentas enano.

—Ahora si lo mato. —perdió completamente la paciencia y se giró dispuesto a darle un puñetazo al pilar, no obstante Kamado alcanzó a sostenerlo por la cintura impidiendo que golpeara al más alto y creara una escena, aunque desde fuera la gente lo vería como una típica resistencia de parte de una joven que iba a ser vendida contra su voluntad, algo realmente común.

—Shiemi, no. —lo regañó sin soltarlo.

—Shiemi, sí —Inosuke sonrió levantando su pulgar hacia el omega.

—¡No lo animes! —Zenitsu le dio un golpe en la cabeza con su mano derecha, teniendo que esquivar el intento de patada del pelinegro de puntas azules, quien se quejó porque la ropa que llevaba puesta le dificultaba moverse.

...

Tanjirō y Shiemi terminaron siendo vendidos a la casa Tokito, las chicas que vivían y trabajan ahí eran realmente amables, el omega estaba sorprendido, ya que en lugares así normalmente habría mucha competencia. Pues mientras más alto llegas más beneficios tienes.

Enamórate de mi [Kamado Tanjirō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora