CAPITULO XVII

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Narra Perú

Han pasado dos semanas desde aquella fiesta y no he sabido nada de él. No se ha comunicado conmigo, ni un mensaje, ni una llamada.

Pero bueno ¿qué esperaba? soy yo la que actuó mal, no puedo molestarme.

Solo espero que en esta reunión tenga la oportunidad de acercarme y poder disculparme como se debe. No quiero perder su amistad.

Empujo la puerta de la sede y al único que veo sentado es al mismísimo Canadá, su mirada se dirige hacia mí al oír el sonido de la puerta.

—Hello. —saluda sin emoción.

Su relación terminó días después del incidente, al parecer Argentina se encontraba confundido con sus sentimientos y decidió que lo mejor sería que terminaran. En mi humilde opinión, hizo lo correcto. Si amas a alguien, no dudas ni por un segundo el gran amor que dices tener.

—¿Qué fue, causa? ¿Todo bien?—me siento a su lado.

—Yes. And you?

—¿enserio todo bien?

Levanto una ceja ante su fingida sonrisa. Oh no me puedes engañar, conozco bien esa sonrisa.

—Si ya sabes cómo me siento para qué preguntas. —dice en español.

Ala, qué actitud. Es raro escuchar a Canadá de esa forma, normalmente se le conoce como el educado, amable y otras buenas cosas.

—Okey, okey, mejor me safo.

Me levanto, pero Canadá me agarra la mano haciendo que me siente otra vez.

—Sorry, Peru. —me suelta la mano y suspira con cansancio — No quise sonar grosero, es solo que...

Le toco el hombro comprensiva.

—Está bien, yo entiendo, no tienes que explicarlo.

Asiente.

—No me siento del todo bien, pero ya pasará. Tampoco es la primera vez que sucede.

Volteo a mirarlo sorprendida.

—¿Acaso ya-?

—Ucrania. —hizo una mueca al recordarla —Eso fue peor, ella me engañó más de una vez.

Parpadeo incrédula, lo que una se entera por llegar temprano.

—Pues no te creas tanto, a mí me engañaron a pocos días de la boda. —bromeo y yo misma suelto una risa.

—Joder, es cierto.

Al fin una linda y verdadera sonrisa aparece en su rostro.

—Ahora mírame, me encuentro mucho mejor.

—¿Cómo lograste olvidarlo?

—No valía la pena sufrir por alguien que no te ama, ¿qué ganaba con eso? nada —hago una leve pausa y continúo— además, alguien me ayudó bastante.

Tan solo pensar en él, mis mejillas se calientan. Es inevitable.

—¿Lo quieres?

—Ya no, ahora simplemente es China.

El bicolor niega con la cabeza y se ríe.

—Me refiero a Usa. ¿Lo quieres?

Okey, no sé en qué momento cambiamos de tema.

—Como amigos, sí.

—Dejando de lado mis fracasos amorosos, quiero que seas sincera conmigo. —se acomodó en su asiento. Vaya que este tipo es bipolar, hace un rato estaba sufriendo y ahora está tranquilo.

Kuyana kusun (Usper)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora