La esposa de Satanás *COMPLETA*

Epílogo

//Pov Elian

Miro hacia las olas, que van y vienen mientras que respiro lento intentando evocar sus recuerdos, sin embargo la imagen inesperada de Irma caminando hacia mi me distrae.

—He preparado chocolate —Irma sube aquellos escalones de mármol negro acercándose a mi con temor, me tiende la taza y la acepto sin dudarlo, inclina la cabeza complaciendome para luego elevar la mirada y quitarla rápidamente—. Eider ha venido ¿Qué desea que le diga? —me pregunta.

—Que se largue.

—Ha venido mucho últimamente... y tal vez...

—¿Acaso quieres desobedecerme? —cuestiono mirándola mal— Ve y dile a esa estúpida que se largue. Que se consiga un par de consoladores a ver si deja de joder.

—Bien —Irma asiente levemente la cabeza y se marcha.

Han pasado exactamente cincuenta y ocho años desde que salí del infierno y nunca volví. Ahora prefiero estar aquí, en el triángulo de las bermudas esperando el fin de los tiempos en un trono de fuego infernal, donde me mantiene como el soberano de todo. Me retracte del pacto que hice con Irma y le propuse uno nuevo, que sea mi sirvienta a cambio de no sufrir las llamas del infierno.

Lo aceptó.

Eider viene cada día y eso me molesta. Quiere que regrese y no lo haré. Ahora me gusta estar aquí.

Cometí un error. Un error que nunca más volverá a ocurrir. Y fue haber permitido que Samara se adentrara tanto en mí haciendo que una parte de mi muera junto con ella el día en el que dejó de existir.

De los asuntos del infierno se ocupan los siete demonios, sin embargo ellos no gobiernan, lo sigo haciendo yo.

Aún recuerdo su voz. Aún recuerdo su cuerpo. Aún recuerdo su risa. Era mi mujer, era mi esposa, era mi dama y sin embargo no está a mi lado. Y ahora enfrascarme en sus recuerdos es lo único que aliviana mi enojo. Su risa retumba en mis oídos cada mañana, cada vez que sale el sol. Sus ojos azules aparecen en mi mente como si fuese una jodida grabación que se repite constantemente en mi cabeza.

Cada día imagino su tacto, cada noche imagino su cuerpo y mi ira crece cada vez que abro los ojos y darme cuenta de que ella no está aquí, esta sensación es lo que me mantiene paciente, sabiendo que falta muy poco para que la tierra llegue a su fin.

El mundo sufrirá otra vez. El fin de los tiempos está más cerca que nunca y pronto podré desahogarme como quiero. Haré enojar aún más a mi padre, desatando cosas inimaginables, haré que paguen inocentes por haber arrebatado lo único importante en mi existencia.

-FIN-