22.- Frío

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No bien el sol se ocultó el aire entró en el cuerpo de Chanyeol, despertando su conciencia; al momento buscó a su presa, con una sonrisa sintió que le respondía y supo que estaba cerca

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No bien el sol se ocultó el aire entró en el cuerpo de Chanyeol, despertando su conciencia; al momento buscó a su presa, con una sonrisa sintió que le respondía y supo que estaba cerca.

Esa noche había dormido de nuevo en el sótano, aunque el ver el arcón vacío de KyungSoo lo hacía sentir mal. Estaba preocupado, pero también molesto: le había advertido del peligro y él lo había ignorado, ahora estaba en peligro a manos de un grupo de traficantes. Esperaba que esa noche pudieran rescatarlo para poder regañarlo después.

Cerró con cuidado su casa al salir antes de dirigirse a la vecina, utilizando su velocidad sobrenatural para moverse entre los árboles que las rodeaban. Cuando se acercaba se percató de las otras dos presencias que se acercaban por la dirección contraria, una criatura y otro humano.

Fue hasta que llegó que los vio, era una criatura bastante antigua y estaba acompañado por un humano igual de alto, lo llamativo era que parecía compartir el cabello blanco y el olor dulce que Kai. En ese momento ambos esperaban en el umbral de la puerta luego de llamar.

Se acercó a ellos pero antes de que pudiera presentarse la puerta se abrió, iluminando a los tres visitantes. Kai saludó a los otros dos, sin embargo en cuanto sus ojos se cruzaron con los suyos toda su expresión se ensombreció.

—¡Tú, maldito! ¿Qué crees que haces aquí?

—¿Que qué hago aquí? Te recuerdo que DO es mi amigo, es obvio que vengo a ver que sea rescatado. Además, vengo a ver cómo se encuentra el bonito rubio.

—¡¿Aun después de lo que le hiciste vienes a ver "cómo está"?!

—¿Qué ocurrió? —preguntó el otro humano, preocupado.

Chanyeol simplemente se encogió de hombros, no tenía que rendir cuentas a ningún maldito traficante por muy dulces que olieran o que tuvieran a antiguas criaturas acompañándolos. Así que en lugar de contestar pasó a un lado de Kai para ir a la habitación en la que podría presentir a Baekhyun llamándolo.

Apenas se percató de la sorpresa que su ingreso ocasionó en los dos humanos, aunque parecía que la criatura comprendía entonces lo que pasaba. Kai se apresuró a invitarlo, llamándolo Kris, antes de correr tras él.

De nuevo lo ignoró hasta que llegó al lado de Baek, parecía enfermo y en cuanto entró lo miró con sus enormes ojos suplicantes. Aun su voz, cuando dijo su nombre, sonaba baja y dolorida.

—Tranquilo pequeño Baekhyun, estoy aquí.

Posó su mano en la frente sudorosa del rubio, a lo cual percibió el suspiró de satisfacción que él soltó, había tenido fiebre pero estaba remitiendo ahora que él estaba allí. Quiso hablar más con él pero se detuvo al sentir que los otros tres entraban al cuarto.

—Así que es eso, lo has marcado —susurró Kris.

—¿Qué, marcado? —Kai alternaba la vista entre ambas criaturas.

—Las criaturas podemos marcar a un humano como nuestra pareja, eso nos permite saber dónde y cómo se encuentra, además de que nuestro olor queda impregnado y es reconocible para otros como nosotros.

—¿Pareja? —preguntó su acompañante.

—Sí, por eso pudo entrar sin invitación, a fin de cuentas es el hogar de su pareja.

—¿Eso no es posible? —susurró Kai, sorprendido—. ¿Por qué entonces Baek se puso así?

—Cuando la criatura está lejos puede "llamar" a su pareja, si lo hace el humano sentirá malestar hasta que se encuentre de nuevo con él.

Chanyeol pudo percibir cómo Kai cerraba los puños con fuerza, pero no despegó la vista de Baek.

—No sabía que la llamada podía ser tan intensa —susurró muy bajito.

En realidad jamás había marcado a ningún humano, aunque le habían expresado lo que ocurriría nunca había tenido con quién hacerlo, simplemente se alimentaba con cuidado cuando tenía hambre pero jamás le había demostrado su verdadera naturaleza a ninguna de sus presas.

—No sé qué diablos dijiste, pero más te vale quitar esa cosa de marca de Baek ahora mismo.

Kai se acercó amenazante sin embargo fue detenido por Kris.

—No hay tiempo para eso, debemos ir por el otro antes de que sea tarde.

Para su sorpresa, el rostro de Kai cambió entonces, sustituyendo la ira por preocupación en solo un par de segundos.

—Tienes razón, vamos.

Los tres dieron la vuelta para salir del cuarto, Chanyeol estaba a punto de seguirlos antes de que la mano de Baek se cerrara con fuerza sobre la suya.

—No, no te vayas, por favor. No me dejes de nuevo... —rogó el rubio aún con la voz ronca.

—Solo será un momento, y no volveré a llamarte, —intentó decir, pero el humano simplemente negaba con la cabeza sin soltarlo.

Chanyeol se quedó pensándolo algunos momentos antes de levantar la vista hacia Kai, pues una idea comenzaba a bullir en su mente: aquel humano había fingido ser un simple humano inocente hasta que logró embaucar a KyungSoo.

¿Y si aquello no era más que otra trampa para atraparlos a los dos?

Por algunos momentos lo había olvidado, confiado por la presencia del antiguo, pero por muy poderoso que fuera no lo volvía invulnerable a la plata, y parecía demasiado embobado con el otro humano dulce como para pensar racionalmente.

¿Qué tenían estos peliblancos que volvían adictos a las criaturas?

—De acuerdo, me quedaré contigo hasta que ellos vuelvan ¿de acuerdo?

En cuanto lo dijo el rubio se tranquilizó visiblemente.

—¿Qué? —Kai se acercó por el otro lado de la cama.

—Eso, que me quedaré aquí mientras ustedes tres se meten a la boca del lobo. Estaré al lado de Baekhyun, así que más les conviene que todo salga bien.

Por algunos momentos pensó que el humano le diría algo más, sin embargo Baek posó una de sus manos sobre el puño de su amigo. Kai lo miró algunos momentos antes de suspirar.

—De acuerdo, volveremos lo más pronto posible con KyungSoo, y entonces le quitarás esa marca para que no vuelva a sentirse mal.

Y salió corriendo por la puerta para seguir a los otros dos. Chanyeol negó con la cabeza antes de volver la mirada hacia su pequeño rubio.

—Lo escuchaste, no me iré, así que ahora deberías intentar dormir para que te sientas mejor ¿sí?

—¿En verdad no vas a marcharte?

Con una media sonrisa, el más alto se acomodó en la cama a un lado de Baek, aunque no se tapó con la misma sábana rodeó la cabeza del rubio hasta que éste quedó contra su pecho.

—¿Así dormirás?

Baekhyun asintió una vez antes de arrebujarse mejor contra él, rodeándolo con sus brazos. Por un buen rato Chanyeol se quedó allí, jugando distraídamente con el cabello rubio del otro hasta que su respiración pesada denotó que se había quedado dormido, aún así se quedó en la misma posición para no despertarlo.

Se repetía mentalmente que sólo era un traficante más, un ser humano que había matado a muchos de su especie y que no dudaría en hacerle lo mismo a él, a KyungSoo o a cualquiera que fuera como ellos. Sin embargo sólo podía pensar en los grandes ojos con que lo miraba, la manera en que le suplicaba sólo con esa mirada; no podía negar que había disfrutado al momento de marcarlo al igual que lo hacía al sentir su tibieza alrededor en ese instante.

Mafia feérica (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora