farah.
porque no soportaba no poder estar conmigo.
idiota.
imbécil.
¿por qué jodidos tenía que ser tan lindo?
lo miré, me observaba atento, con el ceño fruncido y labios temblorosos.
— jimin, no me hagas creer que algo pasa entre nosotros cuando nada está pasando. — pedí.
jimin negó, saliendo de su casa y caminando hacia mi.
tomó mis manos entre las suyas y las llevó a su pecho, dejando ahí estas.
vi cómo tragó saliva, y me miró.
— m-mira cómo late mi corazón, farah. — dijo — solo late así cuando estoy contigo.
negué quitando mis manos.
— no sabía que eras actor también, jimin. — dije sin gracia.
— no estoy actuando, estoy siendo honesto. ¿es lo que querías, no?
asentí.
— sí, pero solo estás siendo honesto porque te pedí que lo fueras.
— farah.. — dijo — no puedo estar contigo.
— ¿por qué jodidos no? jimin, sé que no tengo la mejor personalidad, pero mierda, me esfuerzo día a día para llenar todas tus malditas expectativas, y nunca termino por ser suficiente para ti.
jimin negó.
sus ojos estaban vidriosos, sus mejillas sonrojadas, y sus labios titubeaban. me di cuenta de que tenía frío cuando lo sentí temblar, así que corrí a su casa por un abrigo y salí para dárselo.
volteé hacia todos lados cuando salí, pero no lo vi en ningún lado. no hasta que lo vi en su patio trasero, de espaldas a mi.
me acerqué a paso lento, algo dudosa. abrí el abrigo y lo coloqué en sus hombros, queriendo transmitirle un poco de calor.
— jimin.
— no se cómo explicarte sin que me odies.
quise reír; aún después de todo lo que había pasado, no podía odiarlo.
— solo.. solo trata de ser honesto.
jimin se volteó hacia mi, pude escuchar cómo suspiraba con pesadez.
— no puedo decirte, farah.
— si puedes, solo no quieres.
— de verdad, no puedo.
asentí. — si puedes.
— ¡que no!
di un paso hacia atrás, exaltada por su grito.
era la segunda vez que gritaba de esa manera, y estaba comenzando a pensar que algo muy malo pasaba en su cabeza.
mis ojos se aguaron cuando pensé en si estaría enfermo.
— j-jimin, ¿qué te sucede? — dije — por favor, dímelo.
— mierda, farah, que no puedo.
— ¡que si puedes, maldición!
jimin me miró algo sorprendido por el grito que di en ese momento. mi pecho subía y bajaba con rapidez, sintiendo mi garganta picar y mis ojos arder.
YOU ARE READING
soul tells 색상 ; park jimin.
Fanfictionesa noche, mi corazón se partió -si es que se podía aún más-. esa noche, lloré hasta que perdí todos los sentidos y mi cuerpo perdió toda la fuerza en él. esa noche, quise regresar el tiempo al primer día que lo conocí. esa noche, jimin se suicidó...