Dios ya había descendido a la isla de Sharamar en una ocasión. Su sabor de boca fue tan dulce, que después de varios años, decidió regresar para volver a repetir su experiencia. Pero no ocurriría tan sencillo como se lo esperaba y su plan termina...
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Bajo el Puente de las Penas Barrio de los Artesanos 4:44 am jueves
Napoleón se despertó bajo las cálidas caricias de su madre Helena. Ella tenía unas enormes ojeras y se encuentraba muy cansada.
-Mamá, no tenías que pasar sueño por mi culpa, estoy bien.
-Yo también lo estoy cuando estoy contigo.
-¿Cómo están mi hermano y mi papá?
-Están bien, todo sigue como siempre, tu padre sigue acostándose con la hija del italiano por dinero. Tu hermano sigue trabajando con Pedro, y yo sigo cuidando de ellos y haciendo algo de dinero para ayudar.
Napoleón bajó la mirada.
-Es lo mismo que me dijiste ayer, juraría que hasta con las mismas palabras.
- ¿Recuerdas que más te dije ayer?
-Yo también te amo mamá... Ya está saliendo el sol, deberías volver a casa para que papá no se enfade.
-Esta bien hijo, pásate por casa a la hora del almuerzo, te daré algo de comer para ti y para Rómulo.
-Siempre y cuando que comas tú también.
Helena sonrió, se encapucho con la manta y regresó a casa.
Napoleón se vistió rápidamente y salió a buscar a Rómulo. Le costó tan solo media hora encontrarlo, Rómulo solía estar en el barrio comercial haciendo "sus cosas". Esta vez lo encontró en el sur, cerca de la frontera de Tierras del Infortunio.
-Buenos días, señor Rómulo.
-Napo, me alegra que me vieras temprano. Hoy te tengo un buen trabajo en este barrio.
- ¿De qué va?
- Debes tomar prestado sin preguntar, una roca de la grieta del caos, el líder manifestante de la huelga nos pagará 1000 lunares por ella.
- ¿De dónde sacaré esa piedra? - preguntó Napoleón
- La huelga recorrerá nuestro barrio, pero también el barrio comercial. ¿Ves ese centro de investigaciones de allí?
Rómulo señaló un edificio blanco ubicado frente a ellos.
-Pues sí.
-La manifestación pasará por aquí en cualquier momento, y yo haré lo que se hacer mejor, distraer. Entonces tu entraras al centro y tomaras una de esas rocas.
- ¿Cómo sabré como es una roca de la grieta del caos?
-Créeme hijo, lo sabrás. Es hora de yo moverme e ir con los manifestantes. Buena suerte y cuídate -se despidió Rómulo.
Napoleón se mantuvo allí un rato mientras pensaba un poco en todo. ¿Qué haría con tanto dinero? El señor Rómulo era un hombre justo, así que seguro dividiría ese pago a la mitad. No todos los días hay oportunidad de hacer tanto dinero con una tarea que no parecía tan compleja. Con 500 lunares de seguro podría ayudar a su familia. Mamá estaría orgullosa, aunque bueno, ella estará orgullosa siempre, es que es la mejor madre de todo Sharamar.
