Dios ya había descendido a la isla de Sharamar en una ocasión. Su sabor de boca fue tan dulce, que después de varios años, decidió regresar para volver a repetir su experiencia. Pero no ocurriría tan sencillo como se lo esperaba y su plan termina...
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Coliseo de Justicia Capital Sharamar 8 am sábado
Atila está encerrado en una habitación metálica. No comparte el lugar con nadie, y no se encuentra atado. El cuarto se hace eco de bullicios inentendibles que provienen del exterior.
Se mira los puños y tuerce sus muñecas buscando destensarlas. No deja de pensar en su mujer. Adolfo no estará enterado de lo sucedido, ¿qué pasará cuando lo haga? Sería bueno estar allí para apoyarlo. Aún está en la mente como ayer pescaban juntos.
Las paredes empiezan a elevarse, el bullicio se detuvo para darle paso a un silencio titánico. Una vez que las paredes metálicas suben junto al techo cual caja, queda el escenario al descubierto.
Una pista a la redonda en medio de gradas de 24 niveles. En medio del terreno sillas, bastones militares, dagas, flores, jeringuillas rellenas de líquidos de dudosas sustancias, arena, rocas mojadas, y así formando un círculo dividido en 12 áreas como si fuera horas de un reloj.
Cuatro cajas en el aire, muestran a cuatro concursantes, incluido Atila.
El emperador comienza a aplaudir y todo el público acalla su voz para escucharle.
-¡Queridos ciudadanos de Sharamar! -dice mientras deja de aplaudir-, tres de los cuatro concursantes de hoy, son traidores al Imperio, se han encargado de mentir y sembrar el anarquismo en los barrios.
El abucheo del público no se hizo esperar.
-Yo, Emperador Sharam V cedo la presentación de los concursantes que hoy se juegan la vida a nuestro excelente locutor Rahimi.
-Muchas gracias por las palabras sabias de nuestro emperador, y aquí estamos Sharamar, 4 concursantes que darán 4 vueltas a la pista del Coliseo. Estos concursantes son...
Un redoble de tambores pretende crear una escena de misterio.
-El Número uno, Ignacio Zal, artista que pública murales en los edificios de los Barrios insultando a los ciudadanos de aquí de la capital, un envidioso que no fue capaz de trabajar duro y que los culpa a ustedes, mi querido público, de la infeliz vida que le ha tocado como vago.
El público abuchea e insulta a Ignacio con fuertes críticas. Un hombre le entrega una hoja al locutor Rahimi, el cual lo lee y mira a Atila en el Coliseo.
-El número dos, Frank. Un líder rebelde que usa su gran tamaño para abusar de viejos y niños de los barrios, tiene antecedentes de pederastia y solo se dedica a escoltar líderes rebeldes a cambio de dinero, porque parece que su nivel de vida no entiende de moral y respeto.
-Todo eso es mentira! - gritaba Frank a toda voz, pero sin que nadie pudiera escuchar nada por los constantes abucheos y la distancia a la que estaba de las gradas.
-El número tres, Atila Garbal, ladrón de caballos, pederasta acusado de violar a una niña en los barrios, amenazó a la mujer de un Capitán para que fuera su amante, le fue infiel a su mujer, la cual fue declarada como traidora al Imperio. Se le ha visto sobornando pescaderos. Maltrata a los ancianos, en fin, señores, una joyita de personas.
