Capítulo 36

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-México-

Llegamos a Hawaii agotados, sin poder mas con la vida. No podía esperar a llegar a casa y ver a mi hija.

- Ya llegamos - anuncié bajando las maletas en la entrada mientras Rusia le pagaba al taxista.

- Hola chicos - España me sonrió de lado.

Todos estaban muy callados, demasiado callados.
Tanto que era incómodo, mire de reojo a Argentina que solo miraba el techo.

- ¿Y Sofia? - Rusia suspiró tirando su abrigo de lado.

- Hablando de eso - Estados Unidos salió de su escondite detrás de la mesa - ¿Quieres la buena o la mala noticia?.

- ¿Que hiciste? - Rusia pregunto harto.

- La buena noticia es qué hay lasaña - levantó una charola con la comida.

Nos quedamos en silencio un poco más, intercambie miradas con España que solo me sacudió la cabeza suspirando.

- ¿Que le pasó a Sofía? - Ya me estaba alterando no que no me dijeran.

- ¿LE PASÓ ALGO A SOFÍA? - Rusia gritó alterado.

- Físicamente no, pero quizás si emocionalmente - Estados Unidos susurro nervioso - Ya sabe que ustedes son representantes.

Rusia levantó una sombrilla de la entrada y se la lanzó a Estados Unidos como si fuera una lanza, casi dándole en la cabeza.

- ¿POR QUE LE DIJERON? - pregunte enojado.

- Nosotros no le dijimos, ella de la nada apuñalo a Arge y vio que sanó - Chile respondió desinteresada.

- ¿Por que no nos dijeron? - Rusia se giró a las escaleras.

- Por que no se estaban ocupados EXPLOTANDO cosas - Estados Unidos nos remató con su pretexto.

Subimos las escaleras preocupados, ¿como se sentirá nuestra nena?, tenía miedo de que nos odiara por mentirle o que le de una crisis existencial O LOS DOS.
Abrimos la puerta, viendo a Sofi acostada en su cama leyendo. En cuanto nos vio, solo cerró el libro y se sentó.

- Hola mi amor - Rusia saludo.

- Rusia - le respondió secamente - Y México.

Nos quedamos parados como tremendos idiotas sin saber que decirle.

- Pensábamos decirte cuando estuvieras más grande - Me justifique.

- ¿Mi vida es una mentira entonces? - Nos apunto a ambos - Ambos son líderes de grandes naciones y decidieron venirse a vivir aquí para trabajar como un policía de una secundaria y un barista, ¿neta?.

- Es un poquito más complicado que eso - me senté en la cama.

- Entonces explíquenme, por que no le veo sentido a nada - se cruzó de brazos - ¿Quien soy yo?, ¿Quienes son mis verdaderos padres?, ¿Por que me adoptaron?.

- Tu eres nuestra hija - Rusia se me adelantó - Tu eres mi hija.

- No padre, ¿Quien soy yo? - le repitió,

- Tu eres Sofía Nabokov de la Rosa, mi hija e hija de México - me apunto Rusia.

- ¿Y mis verdaderos padres? - nos miró confundida - Quiero suponer que me abandonaron en un orfanato y que ustedes me adoptaron, quiero hablarles, quiero saber como que me dejaron.

- ¿De verdad no te acuerdas? - pregunte sin creerlo - Sofi te lleve en una moto de bebé.

- Osea si... me acuerdo de varias cosas pero por Dios ya pasó mucho tiempo - se burló - No me voy a acodar de eso.

- Tu papá te encontró en un sitio muy malo y te trajo aquí para criarte - Rusia me miró buscando apoyo.

- Tus padres murieron Sofi - solté a lo muy animal.

Rusia casi se jala de las greñas mientras que Sofi me veía sin creerlo, pero ya estaba grande, debía de saber la verdad.

- Tu madre fue asesinada por unos traficantes de mujeres, de ahí te rescate.

Sus ojos se agrandaron más, y lo entendía, la información era difícil de procesar.

- ¿Por que renunciaron a sus cargos? - pregunto después de un largo rato de pensar - Lo tenían todo ahí, podríamos ser millonarios ahorita mismo.

- Por que la razón por la que estamos aquí es por que la gente en el poder, donde trabajamos antes, no nos querían - apunte a Rusia - Su país es mega homofóbico, ¿de verdad crees que lo dejarían liderar?.

- Bueno... no - miro abajo.

- Y a mi me odian por que - suspiré sin saber como explicarle de política a una morrita.

- Te vi en la televisión - apuntó a su tele - Ví que te dispararon en una protesta.

- Esa protesta era por qué hay muchas mujeres... que bueno desaparecen y las matan aunque suene feo - No había manera de suavizar o endulzar la situación - Y la gente en el poder no hace nada.

- Pero tú eres una persona en el poder, ¿Por que no haces algo?.

- Esa es la cuestión, los demás no quieren que haga algo, por eso intentaron matarme - listo, finalmente explicado.

Otra vez silencio incómodo, intercambie miradas con Rusia mientras que Sofi procesaba la información.

- No se por que pensé - sonrió entristecida - Que estaban aquí por mi culpa.

- ¿¡QUE?! NO - Rusia y yo gritamos al mismo tiempo mientras nos acercábamos a abrazarla.

- Claro que no Sof, estamos aquí por que queremos estar contigo, no por que estemos obligados - Rusia la abrazo más fuerte.

- ¿Y no extrañan su antigua vida?.

- No - exclamamos en unísono.

- Tu eres la vida que siempre quise - abrace a ambos - Siempre, créeme.

Nos abrazamos por un buen rato hasta que Sofi se retorció y nos decía que se estaba ahogando, pero ni modos, el sándwich ya estaba hecho, no había vuelta atrás.

- Algún día, si me llevan a México, prometo ser alguien importante ahí - Sofi susurro.

- Ya eres importante para nosotros, no tienes por que hacerlo - Rusia le susurro de regreso.

- Se los debo.

La acostamos a dormir después de contarle todas nuestras aventuras en México. Salimos lentamente de su cuarto casi mareados de tanta adrenalina. Abrace a Rusky y él a mi con suavidad, todo lo que necesitaba estaba aquí, y ahora que ella lo sabe, ya no tenía nada más que esconder.
Eso me recordó que tenía una fiesta de quinces que preparar después de toda la reelección de un nuevo presidente al cual me postule.

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