Prologo

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En algún lugar de las desiertas montañas que bordean la provincia de Yiling se celebra una unión matrimonial, que a pesar de la sencillez (y prontitud) de su realización no le quitaba validez, puesto que cada una de las tradiciones impuestas fueron realizadas conforme se estipulaba, además los presentes destilaban alegría y dicha como si vieran casados al emperador y la emperatriz.

En aquel cálido e inusual día durante el invierno, el temido Wei Wuxian, también conocido como el Patriarca Yiling desposaba a la mejor doctora del mundo de la cultivación y perteneciente a la rama secundaria del casi extinto clan Wen, Wen Qing.

La joven doctora se mostraba serena frente a los demás, pero eran sus ojos los que eran incapaces de ocultar la felicidad que sentía al unirse ante el cielo y la tierra como esposa del hombre al que comenzó a amar en secreto. Estaba agradecida con el destino, sí, pero tampoco podia sentirse completamente complacida conociendo el trasfondo que los llevo a la situación actual y los motivos que orillaron al protector de los remanentes que quedaban de su clan a tomar tal decisión.

Su decisión fue en pocas palabras radical. Cortar lazos con su antigua secta, distanciarse de su familia, dejar de ser considerado un hermano más por los Jiang ante el mundo y tener que vivir aislado y repudiado, Wen Qing al verlo llorar por pesadillas y remordimiento de estar alejado de su familia le hizo sentir impotente, pero también tomar fortaleza y prometer en silencio construir nuevos que evitaran, que su ahora esposo se ahogara en la soledad que tanto esfuerzo ponía en disfrazar tras esa sonrisa que albergaba múltiples significados y que sin necesidad de preguntas, ella pronto comenzó a descubrir, era doctora y su nivel de observación le había servido en todo este tiempo a entender mejor a Wei Wuxian.

Muchos catalogaban a Wei Wuxian de desviado por el cultivo que tuvo que adoptar a causa de su fiel y ciega lealtad a alguien que particularmente Wen Qing no tenía miedo en exteriorizar que era un malagradecido, pero recordando lo inestable que suele ser él, se contuvo muchas veces, lo que incrementaba su molestia y se desquitaba con las pobras cosechas que a duras penas crecían en los túmulos funerarios.

Suspiro discretamente antes de dedicarle una sonrisa a Wei Wuxian que le correspondió con afecto, por un día se olvidaría de todos los sacrificios con los que cargaban y dejarían que sus emociones fueran acordes con el evento en el cual ellos eran los protagonistas, además para los demás Wen, esta boda era un gesto tranquilizador a la incertidumbre que vivían día con día.

Wei Wuxian mentiría si dijera que no estaba impresionado, cuando anuncio que tomaría a Wen Qing como esposa no espero tal efusividad, con el poco dinero que tenían la abuela Wen junto con las otras tías se encargaron de sus ropajes nupciales, demo...

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Wei Wuxian mentiría si dijera que no estaba impresionado, cuando anuncio que tomaría a Wen Qing como esposa no espero tal efusividad, con el poco dinero que tenían la abuela Wen junto con las otras tías se encargaron de sus ropajes nupciales, demostrando su habilidad y experiencia en cada detalle, pero sobre todo el respeto que le conmovió cuando descubrió unos discretos lotos con hilo dorado, ante tal detalle se vio incapacitado de decirles que no debieron hacerlo puesto que ahora era un desertor, un cultivador demoniaco que le dio la espalda al camino honorable, a su familia, a su líder.

La Futilidad de Poseer un Alma en un Cuerpo lleno de SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora