12. Eres tú

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Laura


Mis días como acosadora volvieron aquél día en el que estaba en mi cuarto y vi a Diego salir con la tal Lara, por lo poco que yo sabía del tema, ella le había dicho que fue su novia y quien sabe cuantas mentiras más, además acusó a Iker de algo que estoy segura que él preferiría morir antes de hacer.

Así que cuando los vi salir de casa de Diego, decidí seguirlos, primero fueron a una cafetería y los observé platicar, no pude evitar sonreír cunado ella puso su mano sobre la de él y él la quitó, después de eso fueron a caminar a un parque, ellos iban por el camino mientras que yo los seguía de cerca escondiéndome entre los árboles, de momentos podía escuchar lo que decían.

—...y así fue como me invitaste a salir —La oí decir.

—¿De verdad te llevé a un cine? —Preguntó

—¡Si!

—Actualmente en una cita jamás llevaría a una chica al cine, al menos no a ver una película porque simplemente estaríamos sentados una o dos horas sin decirnos nada el uno al otro, me gustaría mas un lugar donde podamos convivir sin que nadie nos moleste y hablar para llegar a conocernos mejor y darnos cuenta si tenemos química o no, por eso creí que sería buena idea venir a caminar hoy aquí contigo.

—¿Esto es una cita entonces? —Preguntó con un tono meloso que me dio ganas de salir de atrás de aquél árbol y gritarle sus verdades.

Pasaron sobre unas hojas secas y gracias al ruido que estas hicieron no pude escuchar la respuesta de Diego, así que me limité a continuar siguiéndolos, pisé una rama y el ruido hizo que ambos voltearan pero ágilmente me puse detrás de un árbol y si alguno de los dos alcanzó a verme, no dijo nada, por esa razón empecé a dejar un poco de distancia entre ellos y yo, así si hacía algún ruido no alcanzarían a oír.

Caminaron hasta que se empezó a escuchar el ruido del agua, resulta que aquél bosque terminaba en un lago, el agua estaba transparente y me recordó la laguna a la que Diego y yo solíamos ir.

Él esbozó una sonrisa y dijo algo que no distinguí, así que me acerqué hasta el árbol mas cercano para poder escuchar.

—¡No se te ocurra, ni loca me meto ahí! —Exclamó ella, me recordó al tono chillón con el que hablaba Elisa y el estómago se me revolvió.

—Ándale, va a ser divertido, si te incomoda puedes usar mi playera como traje de baño.

—No.

—Bueno, allá tú —Se quitó la playera y su pantalón, mordí mi labio, su abdomen ya estaba marcado otra vez, se veía increíblemente sexy, sin embargo sentí furia cuando vi que Lara miró con cierto desprecio la cicatriz de Diego, él se dio cuenta porque su sonrisa se desvaneció por unos segundos pero después se lanzó en el lago salpicando agua.

—¿Segura no vienes? —Preguntó una vez dentro.

—Muy segura, no puedes saber si el agua está limpia —Bufé ante su comentario, aquella agua era tan trasparente que se podía ver el fondo.

Diego nadó a la orilla y le extendió la mano —¿Me ayudas a salir? —Dijo esbozando la sonrisa que indica que está planeando algo, y supe lo que haría, ella le extendió su mano y él la jaló hacia el lago.

El agua inmediatamente se tiñó de un calor marrón y ella salió histérica empezando a reclamarle y decirle de una forma poco amable que no debió haber hecho eso y otras cosas que no escuché al darme cuenta de que algunos de sus cabellos empezaban a verse mas claros, su pelo real era rubio y se lo teñía de mi tono de cabello, no entendí por qué, yo daría lo que fuera por ser güera de ojo azul.

El Secreto de mi VecinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora