Chapter 3

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Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.

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Ya la extrañaba.

Bueno, en realidad no la extrañaba a ella, más bien echaba de menos su comida, porque era excepcional, asombrosa y fuera de este mundo. Su cocina solo se podría describirse "Como la de mamá"; Hyūga Hinata tenía un talento increíble que nadie más había podido duplicar. Después de los primeros días, ni siquiera había tenido la oportunidad para criticarla por cada pequeña cosa que hiciera y lo había intentado. Bueno, pero era muy difícil criticar a alguien que realmente no hacía nada para enojarte.

Como sospechaba, la Hyūga prácticamente se había apartado de su camino a menos que necesitara limpiar o cocinar para él. Estaba seguro de que ella lo había vigilado con su Byakugan, pero rara vez la veía. Había terminado en una rutina en la que entrenaba hasta quedar exhausto, se bañaba, comía, dormía y al día siguiente volvía a entrenar.

Ella no comía con él y no le pedía que lo acompañara, algo que lamentaba ahora, ya que se suponía que debía abrirse lentamente a los demás y ella hubiera sido un buen comienzo. Además, esa actitud sombría y molesta que había tenido en el hospital desapareció. Cada vez que se veían, ella siempre le regalaba una pequeña sonrisa a modo de saludo antes de atender sus deberes, la mayor parte del tiempo se la pasaba en la cocina. No le había dicho nada ni la había saludado a cambio, pero después de que ella se iba, se daba cuenta de lo mimado que era.

Los siguientes meses los paso con varias personas, principalmente miembros de la casa principal Hyūga. Lo trataban como un miembro de la rama "secundaria" de su hogar, haciendo nada más que cuidarlo. No le cocinaban, no limpiaban, simplemente lo observaban. Todos ellos habían limitado su rutina de entrenamiento, lo que realmente lo había cabreado. Las que cocinaban para él eran las mujeres y lo hacían horrible, horrible en comparación con su heredera; obviamente no estaban acostumbradas a cocinar, pero querían impresionar al "lindo chico malo."

Había estado tan disgustado con la horrible comida y el obvio fanatismo, que ni siquiera había intentado acercarse a ellas como había planeado inicialmente. Algunas de sus cuidadoras eran de su edad, otras eran más jóvenes o tenían veintitantos. Los varones se habían mantenido estoicos y distantes, mientras que las mujeres habían estado demasiado ansiosas por hablar con él. En el pasado, ya había sido bastante malo tener que lidiar con la charla incesante y sin sentido de Karin, además ella también había sido una cocinera horrible.

Ino no era mejor; ella era una cocinera terrible y era de esas personas que hablaban simplemente para llenar el silencio. Lo había seguido a todas partes, se aseguraba de verlo entrenar, lo que a él le parecía un poco perturbador y hasta actuaba como... Una esposa.

Aparentemente, ahora que Sakura había decidido estar con Naruto, tenía el camino completamente libre. También parecía pensar que nadie podía vencerla cuando se trataba de atractivo sexual y sensualidad, creía que solo era cuestión de tiempo el "obtener un Uchiha". Era frustrante para él, a pesar de que sabía que debería usar esto como una ventaja, pero se encontró cada vez más distante de Ino, más molesto.

Llegó al punto en que él simplemente la ignoraba y le dejó muy claro que no tenía ningún deseo de intentar siquiera algo parecido a una conversación normal pero como a Naruto, eso no la detuvo. Por otra parte, los años no la habían disuadido, dudaba que su frialdad y su indiferencia hicieran una mejora, ya que estaba acostumbrada a eso. Fue solo después de que ella se fuera que él se regañó a sí mismo por no esforzarse más y decidió que lo haría la próxima vez.

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