Chapter 5

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Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.

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—¡Saludos Hinata-san! ¿Cómo estás en esta hermosa mañana? ¿Sasuke-san ya está despierto?

¿Qué demonios? Los ojos oscuros se abrieron, todavía estaba oscuro en su habitación, los débiles signos del sol naciente indicaban que era de madrugada. Sasuke miró su reloj. Eran las cuatro y media de la mañana. ¿Quién diablos...?

—¡Ah! Eso está bien, esperaré un poco, ¿si te parece bien?

¿Por qué este tipo era tan ruidoso? ¿Qué quería de él? Con un suspiro, Sasuke se deslizó fuera del futón y con dificultad caminó hacia la sala de estar. Era demasiado temprano para esto y el Uchiha solo había dormido dos horas. Las pesadillas lo habían mantenido despierto la mayor parte de la noche.

La voz de Hinata era suave y silenciosa, al menos ella sabía cómo hablar en el interior de una casa, mientras que la voz del otro hombre era... Demasiado alegre, brillante y fuerte.

—¡Oh! ¡Casi lo olvido! Tengo algo para ti Hinata-san —los sonidos se escucharon cuando Sasuke se movió a su lugar a donde él podía mirar mejor, pero no ser visto.

De pie frente a Hinata estaba Rock Lee, la fuente del ruido mientras buscaba algo en su bolso. Sasuke nunca olvidaría ese ridículo rostro y su atuendo. El chaleco chūnin era una nueva adición, se dio cuenta, pero estaba seguro de que las habilidades en taijutsu de Lee superaban con creces a las de un chūnin normal. El chico siempre había sido alto, pero Sasuke creía que Lee medía casi un metro ochenta. Oh, bueno, al menos Sasuke era más alto que Naruto y eso era suficiente consuelo para su ego.

Lee sacó una caja delgada, que probablemente en algún momento se había visto muy bien. Sin embargo, al estar en el bolso de Lee, el envoltorio se veía arrugado y el lazo estaba deformado. El rostro del maestro en taijutsu cambió de uno de sorpresa a uno de decepción.

—Ah... Es... —le dio a Hinata una mirada de disculpa—. Lo siento Hinata-san, tenía toda la intención de darte un regalo bellamente envuelto por tu pasado cumpleaños, pero...

Hinata rio y algo se apretó en el pecho de Sasuke. No sabía qué era, solo que cuanto más los miraba a los dos, más cabreado se sentía.

—Está bien Lee-san. Estoy segura de que me encantará lo que sea que me trajiste —su expresión se volvió preocupada—. Pero, no tenías que pasar por todos estos problemas...

—¡No fue ningún problema! —Lee insistió—. Estaba de misión cuando fue tu cumpleaños y en realidad no me enteré hasta que escuché a alguien mencionarlo. Como sabía que solo habían pasado unos días desde tu cumpleaños, comprarte un regalo parecía lo mejor. También me aseguraré de recordarlo, para que el año que viene te pueda dar un regalo que llegue a tiempo.

La Hyūga suavemente tomó la caja de sus manos con una suave sonrisa y las mejillas ruborizadas.

—Bueno... Gracias Lee-san.

Lee le mostró lo que Sasuke creía que era una pose de "chico bueno". Cuando ella comenzó a reír de nuevo, eligió ese momento para dar a conocer su presencia.

—¿Por qué estás aquí? —con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados, Sasuke emergió y se apoyó contra la pared. No miró a Hinata, con quien por alguna razón se había cabreado. De todos modos, ¿de qué diablos se estaba riendo?

—¡Ah, entonces estás despierto! —Lee volvió toda su atención al Uchiha y le dedicó una sonrisa—. Estoy aquí para entrenar contigo esta mañana. Me informaron que habías estado entrenando taijutsu y me sugirieron que viniera a ver si podía ayudarte en algo.

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