El alcohol corrió también por mis venas y nos dejamos llevar.

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Yo por aquel entonces no había bebido más que algún sorbo suelto, nada de alcohol hasta la fecha, cosa muy rara para mi edad (aunque vosotros ahora igual lo veis algo loco). Era el raro del grupo en ese sentido, pero es que lo que había visto al respecto con mis amigos y tal no me gustaba nada, todos se ponían pesadísimos al beber y a muchos había casi que hacerles de niñera cuando lo hacían, así que no me llamaba nada la atención el alcohol.

Pero como ya os comenté yo jugaba en un equipo de fútbol y organizábamos una cena de final de temporada con todo el equipo, ahí estaba cantado que cuando el entrenador se fuese a casa, todos iban a empezar a beber, y yo no sabía como me escabulliría de eso, pero tampoco me importó demasiado ni le di demasiadas vueltas antes de ir. La cena transcurrió sin nada reseñable a pesar de la semi celebración de acabar la temporada segundos a pesar de no conseguir el ascenso de categoría, de la cual nos quedamos a dos partidos de conseguirlo, a pesar de todo celebramos lo bien que fue la temporada.

Al acabar la cena fue cuando llegaron ya los problemas, el entrenador quiso ir con nosotros a un bar que conocía y dijo que a los que quedábamos allí NOS INVITABA A UN CHUPITO, yo estaba flipando. Nuestro entrenador que debería velar por nuestra salud más que nadie y además invitando a alcohol A MENORES! Eso si que no me lo esperaba. Claro al momento ya empezaron las coñas:

- Pues a Juan ponle un agua porque no aguanta el alcohol jajajaja- dijeron varios del equipo entre todo el barullo.

- Cómo? Nunca probaste el alcohol? Qué mejor que delante de tu entrenador, que si te pasa algo estoy aquí para lo que necesites!- Me dijo el míster.

A lo que se empezó a corear mi nombre entre la plantilla y el propio entrenador, yo con toda esa presión social y viendo ese vaso de chupito tan pequeño dije: bueno por un sorbito como ese no creo que haya problema, y me lo bebí. Al pasar mi garganta noté de verdad como si estuviese bebiendo detergente o algo más tóxico aún. No pensé que tan poco líquido pudiese saber tan tan mal. Tosí un poco y ya empezaron las preguntas:

- Qué? Te rascó mucho o qué? Jajajajaja, poco a poco chaval- dijo Álex, un compañero de equipo.

- Estás bien? A qué no fue para tanto? Ahora no lo soportas pero ya verás como en un año o dos no puedes pasar sin bebértelo cada vez que salgas de fiesta, jajajaja. - Bromeó mi entrenador mirando a su segundo entrenador, como haciendo una gracieta de gente mayor.

- Joder, si esto sabe fatal. Como bebéis esto?

- Bueno hombre, igual un chupito de vodka no fue lo mejor para empezar con el alcohol, igual una cerveza te es más suave, pero ya la probarás otro día que si no hoy te da un chungo. Bueno yo me voy que mañana aunque sea sábado algunos tenemos que ir a trabajar!- Se despidió el entrenador.

Yo poco a poco veía como si me fuese relajando más y viese todo de otra forma, tenía la impresión de que el alcohol me empezaba a hacer efecto.

- Juan, qué? No te gustó el chupito? Pues hazle caso al entrenador y prueba la cerveza hombre!- Me dijo otro compañero de equipo del cuál ya no me acuerdo bien quién fue porque la noche no acabó demasiado bien.

Le hice caso y pedí una cerveza. Nunca había pedido alcohol siendo menor y tenía algo de miedo, pero la camarera esa noche era hermana de uno de la plantilla y además solo nos llevaba 2 años, así que nos conocía a todos perfectamente y supongo que no nos iba a decir que no a ninguno porque ella a nuestra edad hacía lo mismo. Me dio la cerveza y al bebérmela si que empecé a notar casi como si fuese flotando por todo el local, mis compañeros intentaron convencerme de que bebiese más junto a ellos, pero el poco raciocinio que me quedaba fue capaz de decirles que no, que ya iba en las nubes y que me iba a casa. Miré la hora en mi móvil y eran aún las 2 de la mañana, tenía llegado mucho más tarde a casa otras veces, pero era la excusa para no beber más porque un chupito y una cerveza después ya creo que me iban a llegar bien. Aún así no conseguí irme sin más:

Las hormonas de Carla y Juan.Where stories live. Discover now