Después de aquella última aventura en la última fiesta que había en nuestro pueblo en verano, tocaba desmontar la cabaña y despedirnos de las fiestas. Además se acababa julio y en agosto muchos de nosotros nos íbamos de vacaciones a otros lugares, sobre todo Carla que se iba todos los veranos. Yo aquel verano también me veía obligado a irme con mis padres a la aldea de mis abuelos, y digo obligado porque allí no había nada, solo campo. Y ahí me pasé todo agosto, en una aldea pequeña llena de vacas, cabras y ancianos.
Encima como si me tratase de un niño pequeño, mis padres mientras tomaban algo a un bar me dijeron: "Mira, parece que hay gente de tu edad en el parque aquel. Vete a saludarlos o algo y a ver si así te entretienes." Después de rechistar varias veces porque me daba mucha vergüenza aparecer allí solo sin ningún sentido y sin conocerlos de nada, acabé yendo por obligación.
-¿Qué quieres tú?-me dijo uno de ellos al ver que me acercaba.
-Nada, vine de vacaciones en agosto y la verdad no conozco a nadie aquí. Estoy todo el día aburrido en casa de mis abuelos y mis padres me obligaron a acercarme hasta vosotros.
-Ah, ya. Pues que chungo que pases todo agosto aquí porque esto está vacío. Pero no te preocupes que nosotros te acogemos.
-Pues muchas gracias, soy Juan y tengo 17 años.
-Buenas Juan, yo soy Alberto y ellos son: Canario, Tete, Adri, Álex, Eva y Carmen. Todos tenemos 16 o 17.
A simple vista parecían todos muy gañanes pero había algo que destacaba entre todos ellos: Carmen. Era muy bajita, mediría 1,55m, pelo castaño, ojos marrones, una frente muy grande pero cara bastante mona, pelo liso muy largo y lo más importante, las tetas más grandes que había visto jamás en una chica de nuestra edad y el culo si no era el más grande también, no andaba lejos. Me quedé embobado con ella y eso que ese día iba en un chándal cutre. Me tenía toda la pinta de encajar en el papel en una película de chica choni a la que le encantan los coches, que está buenísima y que empieza la película saliendo con el malo pero acaba con él bueno después de una batalla final agónica entre ambos.
Según fui pasando el verano con ellos (no tenía ningún otro plan mejor, la alternativa era quedarme en casa solo y aburrido) quedaba claro que era el más inteligente de todos ellos. Ellos solo se dedicaban a fumar porros, algunos incluso venderlos, a hablar de coches y a enseñar los nudes que había conseguido cada uno (algunos parecían bastante falsos y cogidos de internet). Yo solo me limitaba a hablar en temas de conversación que me interesaran como el fútbol o dudas que me preguntasen sobre los estudios ya que ellos no parecían tener muchas luces. Un día acabaron admitiendo:
- Oye Juan, tú que pareces bastante inteligente, qué quieres estudiar después del instituto?
- Querría estudiar periodismo.
- Ostia igual que Tete!
- Ah que guay, podemos quedar un día que esta gente no pueda y me dices que te interesa y tal.-me dijo Tete.
Tete a pesar de parecer igual que todos algo garrulo, dentro de todo ese grupo si que parecía el más listo. Efectivamente un día quedaron para ir a comprar todos juntos a su camello y yo les dije que no iba ni de coña. Tete aprovechó para cobrarse esa cita que teníamos pendiente. Me invitó a su casa y me estuvo diciendo que algunas noticias si escribía (todas mal redactadas y con bastantes faltas) y que le gustaría mucho poder llegar a estudiar una carrera de periodismo pero no sabía si podría llegar a la nota...
Mientras navegaba en su ordenador me dice:
-Oye ¿la Carmen que te parece?¿Hay chicas así por tu pueblo que habrá más gente?
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Las hormonas de Carla y Juan.
Short StoryEra un joven adolescente guiado solo por mis hormonas. Estaba liado con una chica llamada Carla, pero ella le tenía una fobia terrible a la penetración lo cual nos mantuvo a los dos vírgenes gran parte de nuestra adolescencia. Yo andaba muy salido p...