-Capitulo veintiséis-

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Entregaron su ensayo con Hwasa a comienzo de la clase. La profesora no parecía decepcionada cuando más de la mitad no lo entrego, de hecho una mini sonrisa apareció en su rostro, era evidente que no todos seguirían el próximo semestre con ella, y Jimin cree que la razón de esa mini sonrisa es el hecho de que quiere alumnos de excelencia y que de verdad estén interesados en ella. Hwasa se sentó en su asiento habitual y al final de la clase se dijeron "Hasta luego" para cada uno dar marcha a su destino.

La noche anterior habían intercambiado teléfonos, y aunque no se mensajearon Jimin indirectamente le dijo que ahí estaba para el.

---Disculpa.---Dijo bajito con la persona que había chocado, levanto su vista encontrándose con Jungkook.---Oh.

El sonrió tímido con esa linda y tierna sonrisa y un brillo en sus ojos que tanto le gustaba ver al rubio.

---Jimin, tanto tiempo.---Dijo tomándole del brazo para correrlo ya que las personas están chocando con su pequeño y delgado cuerpo.

Sintió miedo de que si abría la boca esta le saldría rota, porque nada le costó formar un nudo que estaba en su garganta al verlo tan fresco, como si estuviera pasando por el mejor momento de su vida.

No quería comparar su miseria con la felicidad de ellos, pero era inevitable no hacerlo, y más cuando se siente tan solo.

Así que con falsa alegría que sabía que el notaria hablo.---Bien, un poco cansado con las clases, pero todo bien.

El asintió mirándolo. Se había teñido a un rubio platinado. Jungkook nunca se había teñido el cabello, tal vez así sea y estén pasando por el mejor momento de sus vidas.

---¿Y cómo esta Taehyung?.---Pregunto rápidamente, para que no haya un incómodo silencio.

---Bien, estamos los dos bien.

En el corazón del más bajo se formó algo extraño en su corazón, algo que le impulsa a querer irse y no volver a hablar con Taehyung ni el en su vida. Olvidándose todo lo que ellos han hecho por el, olvidándose de lo que creyó que era su familia, que hipócritamente lo excluyeron de sus vidas como si no valiera nada...Tal vez sea así.

---Ya es hora del almuerzo y me tengo que ir, me están esperando.---Se mordió la lengua para no terminar con la frase "Mis nuevos amigos".

Crispo los labios para asentir.---Nos vemos Jiminie.---Chasqueo la lengua.---Perdón, Jimin.---Se corrigió, mordiéndose el labio.

Se despidieron, pero por unos largos segundos se quedaron parados, esperando que algo pasara, pero la verdad es que nada pasaría.

Sin más él iba a seguir su camino hacia la cafetería, donde se encontraban tres chicos que lo hacen olvidar sus problemas e inseguridades, aunque sea solo una hora.

---¡Espera!.---Lo habían tomado sin mucha fuerza del brazo.---Ven a dormir hoy a mi casa.---Dijo en tono bajo pero seguro.

Crispo los labios, antes Jimin siempre iba a dormir a su casa. Donde tenía su propia cama, y la mayoría de las veces se encontraba en la cama de Jungkook durmiendo y este haciéndole cucharita, abrazándolo por la cintura posesivamente.

No quiere llorar, pero se sentía demasiado sensible como para hablar, tenía impotencia, impotencia de no tener el control de su vida.

Pero no quiere estar alejado de ellos más tiempo, le duele. Porque Jimin nunca pensó que se separarían, el juraba que serían amigos hasta ancianos y tendrían sus familias y podrían hacer una junta los domingos en la casa que sea más grande. No pensó con la cabeza, pero nuevamente se dejó guiar por su corazón, tal vez en un futuro sea una de sus peores equivocaciones.

happiness is a butterfly [ym]Where stories live. Discover now