El día que el sol mintió.

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A Hinata Shouyou solían compararlo con el sol. 

A Hinata Shouyou le gustaba proteger la felicidad de las personas... ¿Pero quién protegía la de él?

Hace no mucho leyó en algún lado: la próxima decisión que tomen en su vida puede desencadenar una serie de eventos que pueden concluir en su muerte o de alguien más.  

Lleno de curiosidad había evaluado las situaciones de su vida, pero no encontraba una decisión demasiado grave... o al menos la decisión que tomó aquel día de enero en el gimnasio, hace casi un año atrás, no le pareció. 


-¡Oye, imbécil!

Recordaba que Kageyama le había dicho con una leve y muy extraña sonrisa de entusiasmo.

-¿No quieres presumir nuestro ataque en minus tempo?

-¡Por supuesto que quiero presumirlo! -dejó atrás su toalla y botella de agua para acercarse entusiastamente. 

-Entonces, videollama a Miya Atsumu para restregárselo en su cara de abeja.

-¡Oh! ¡Oh! ¡Vamos a intimidar a los Miya para cuando volvamos a jugar contra ellos! ¡Me encanta!

-Hagámoslo rápido antes de que llegue el Johzenji al partido de práctica. 

-¡Enseguida! -afirmó, corriendo por su celular. 

Empezó a buscar por los contactos. 

-Miya, Miya, Miya... 

Se detuvo al encontrar primero el teléfono de Osamu. Se rió. Hace no mucho Bokuto había creado un grupo de chat con varios jugadores que él conocía y recordaba que Osamu le había escrito que cada vez que lo veía sentía ganas de comer mandarinas y naranjas. Eso hizo que empezaran a bromear y lo apodasen naranja parlante.

Sinceramente le había parecido gracioso. 

Se balanceó en la punta de sus pies y talones de atrás hacia adelante. Seleccionó el contacto. 

-De seguro está con su hermano, siempre están juntos ¿verdad? -dijo para sí mismo.

Con el celular en las manos se quedó observando la llamada en marcha. Miró fijamente la foto de perfil y repentinamente cayó en cuenta de lo que había hecho. Empezó a ponerse nervioso.

"¡Ah! ¡Maldición! ¡¿Qué hice!? ¡De seguro le parecerá extraño que lo llame de repente. Sería menos raro si fuese Atsumu porque siempre está bromeando con que será mi setter. ¡Me-me-mejor cuelgo!..."

Pero la llamada fue contestada y se encontró con el rostro carente de emociones y ojos cansados por el llanto de Osamu. 

Y en ese desesperado intento, de su boca salió en un impulso nervioso:

-¡Hola Atsumu!



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Su mirada estaba perdida en el cielo nocturno, pensando y pensando en el mismo asunto, pero encontrando un alto muro en alguna parte que le impedía ver a través del otro lado. 

-¡Shouyou onii-chan! ¡¿Viste!? ¡Lo logré! -Gritó Natsu, completamente emocionada. 

Sin embargo, al darse cuenta que su hermano no estaba prestándole atención al tener la cabeza en las nubes, hizo un puchero, antes de lanzarle el balón de voleibol a la cara. Este logró atraparlo por suerte, reaccionando y soltando una exclamación. 

CAJA DE SORPRESAS - TeruSamu. Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora