Capitulo 22: Culpa

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Abrí lentamente mis ojos y todo se veía borroso. Pestañeé un par de veces y pude ver mejor. Mire a mi alrededor y encontré a Ian junto a mi. Tenía su rostro escondido entre las manos, su cabello estaba desordenado y respiraba lentamente

—Ian —susurre.

Levanto su rostro y lo pude ver mejor: Sus ojos estaban rojos e hinchados. Había estado llorando

Apretó los labios y le cayo una lagrima por la mejilla, entonces, lo supe. Toque mi vientre, pero ya no estaba la pequeña guatita que tenia. Me senté y baje las sabanas para verla: nada. No había nada.

¿Había soñado que estaba embarazada? No, en un pequeño sueño no pueden haber pasado tres meses

—Mi bebé —susurre. Ian se aproximo a mi y tomo mi mano

—Le avisare al doctor que despertaste —beso el dorso de ella y salio de la habitación

Me quede mirando el techo por unos minutos, hasta que Ian llego junto al doctor

—Hola, ____

—Hola —me senté. Ian entrelazo nuestras manos mientras las miraba

—¿Recuerdas lo que paso?

—¿Mi bebé?

Sí, era lo único que me importaba

—Cariño, hiciste un aborto. Tuvimos que intervenir de urgencia o morirías tu igual

—¿Aborto? —pregunte sorprendida

—Tenias muy pocos meses y, por lo que supongo, tuviste una discusión muy fuerte porque…

No lo seguí escuchando. Mi vista se torno borrosa y mi pecho se apretó. Un nudo nacía en mi estomago y garganta.

—… no podrás tener mas hijos —Eso me trajo de nuevo a la tierra

—¿Qué?

—Fue un aborto muy peligroso y… lo siento mucho, no podrás tener hijos —dijo el doctor

Mi mundo se derrumbo por completo. Yo… no solamente había perdido a mi bebé, sino que también había quedado estéril

—Eso… eso no puede ser verdad  —dijo Ian.

—Lo siento mucho, de verdad. —dijo, para después salir de la habitación.

Todo quedo en silencio, excepto mis pensamientos.

Él lo había hecho. Él había tenido toda la culpa; Ian. Él me movía brutalmente y también hizo que me enojara. Él tenia la culpa de que yo perdiera a mi bebé

—Esto no puede ser verdad —murmuro. Apretó mi mano

—¿Estas feliz ahora? —dije con el nudo en la garganta. Se volteo para mirarme

—¿Qué?

—¿Eso era lo que querías? ¿Qué perdiera a mi bebé?

No podía mirarle a los ojos.

—No, yo no… ¿Cómo piensas eso?

—Lo planeaste, ¿verdad?

—¡Era mi hijo! —grito. Solté su mano de la mía.

—Debes estar feliz, ahora puedes irte con Jazmín. Nada te ata a mí —me sentía fatal.

—¿Cómo puedes decir eso?

—¡Mi bebé murió por tu culpa! —grite. Las lágrimas comenzaron a salir como cascada

—¡Me duele tanto como a ti! —grito, llorando.

—Guarda tus malditas lagrimas y vete —susurre. La cabeza me punzaba

—Mi amor, esto me duele mas de lo que crees —intento acariciar mi mejilla, pero lo aleje

—¿Mi amor? Lo siento, no soy Jazmín

—También era mi hijo

—Eso era lo único que te ataba a mi, ahora, puedes irte —lo mire fijamente, transmitiendo todo mi dolor

—No comprendo como puedes decir eso

—Porque es la verdad, Ian. Tú estabas conmigo porque estaba embarazada, por nada más

—¡Eso no es cierto! —Grito— ¡Yo no estaba contigo por eso!

—¡Si lo estabas!

—¡Te amo maldita sea, te amo! —tape mis oídos con las manos

—¡Ya no mientas! ¡No quiero escuchar tus malditas mentiras! —no podía parar de llorar.

—No es una mentira. _____, mírame —tomo mi rostro entre sus manos

—¡Aléjate de mi!

—Era mi bebé

—¡Todo fue tu culpa! ¡Tu tienes la culpa!

—No, no es así. —cerro sus ojos con fuerza— Te amo,  a ti y a nuestro hijo

—¡No es tu hijo!

—Si lo es

—¡Esta muerto! —grite. Me puse de pie— ¡Esta muerto por tu maldita culpa!

—¡No fue mi culpa!

—¡Por que no te fuiste con ella cuando te lo dije! ¡Esto no hubiera pasado si lo hubieras hecho! —entraron unas enfermeras y el doctor

—¿Qué sucede? —pregunto el doctor. No los tome en cuenta, la ira me tenía ciega

—¡Fue tu culpa!

—¡No fue mía maldita sea!

—¡Por tu culpa no podré tener hijos, por tu culpa murió mi bebé!

—¡Yo no la tuve! —estaba llorando, igual que yo. Sabía que mis palabras le dolían, pero me daba igual. Él no tenía la menor idea del dolor que sentía yo, como madre.

—¡Te lo di todo y me traicionaste! ¡Te lo di todo y me quitaste lo más preciado en mi vida!

Unas enfermeras me tomaron por ambos brazos y tiraron hacia atrás

—¡Suéltenme! —hice fuerza, pero no me soltaron. Llegaron enfermeros y me acostaron en la camilla— ¡Suéltenme maldita sea!

Ian me miraba con los ojos llenos de lágrimas

—Suéltenme —susurre. Me amarraron contra la camilla y el doctor se acerco a mí con una jeringa

—Tiene que descansar. —no quite los ojos de los de Ian mientras me inyectaba, por lo que supongo, algo para dormir

—Me quitaste lo mas preciado en mi vida, Ian.  Te di todo mi amor, mi alma, y tú, tú no lo tomaste. Me quitaste a mi bebé

Mis ojos se comenzaron a cerrar por si solos, hasta que caí en un profundo sueño 

Porque te cruzaste en mi camino (1ºy2º)Where stories live. Discover now