Aclaración: Rub y Veg querían tener una noche de juegos común junto a sus amigos, pero la situación cambia drásticamente cuando ellos no pudieron ir. Quedando los dos mencionados, solos.
Nota: No tenía muy claro que escribir aquí. Esto fue idea de una amiga que me estaba ayudando, agradezcan le a ella que se me ocurriera meter +18 en este cap.
🔞 ¡Advertencia! 🔞
⁽ ᴺᵒ ʰᵃʸ ᵖᵉⁿᵉᵗʳᵃᶜᶦᵒ́ⁿ ˢᵒˡᵒ ᶠᵉˡᵃᶜᶦᵒⁿ ⁾
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Soltó un suspiro nervioso, miraba hacia el arco que daba a la sala de su casa mientras escuchaba desde la otra linea del teléfono a su mejor amigo, diciéndole que había tenido un contratiempo y no podían ir a la reunión de juegos en casa que planearon desde ante ayer.
Se supone que Mangel iba a venir junto a Alex y Lolito, pero el de lentes y el pelirrojo tuvieron un "problema" y según ellos, ya no iban a venir. Por el lado del fan de Star Wars, dijo que había olvidado que hoy debía recibir a un familiar y tampoco podía ir a la reunión.
Ya habiendo colgado, se quedó unos minutos ahí parado, cruzado de brazos tratando de pensar en lo que le diría ahora al peli negro que lo esperaba en la sala. Estaba nervioso, es decir, no era que le asustara estar junto al azabache, ellos han salido juntos muchas veces y han pasado la mayor parte del tiempo a lado al otro.
Pero eso era fuera, con los demás chicos. Ahora se encontraban los dos, en su casa, de noche y solos.
Completamente solos.
Sacudió su cabeza cuando sintió su rostro calentarse. Se dió unas palmadas en sus mejillas y respiró hondo, no iba a dejar que ese tipo de pensamientos llegaran a incomodar la compañía de su Vege. Iría a la sala y le informaría que los chicos no iban a poder venir a la reunión, pero que de todas maneras podían continuar con el plan ellos juntos, dos personas eran suficientes para tener una buena noche y divertirse lo suficiente.
Ya decidido se encaminó al lugar, aún sintiéndose un poco nervioso pero trataría de no hacerlo notar. Ya estando ahí, miró que el oji morado se encontraba sentado en uno de los sofás blancos, mirando la caja de unos los juegos de mesa que iban a utilizar para esa noche.
Ambos estaban en ropas ligeras ya que habían pensado que al terminar de jugar, todos se quedarían a dormir en la casa del híbrido y se irían a la mañana siguiente. Lo miró por unos segundos en silencio y luego se acercó hasta sentarse a su lado, llamando la atención de sus ojitos morados al instante.
