𝓢𝓷𝓴 𝓸𝓷𝓮 𝓼𝓱𝓸𝓽𝓼

𝓜𝓪𝓻𝓬𝓸

Advertencias: spoiler de la primera temporada.
Situado durante el arco de la Batalla en Trost
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—¡Marco!

Saltaste de emoción al verlo caminar, traía puesto una larga capa gris para cubrirse el rostro y pasar desapercibido entre la gente, por un momento lo consideraste una exageración puesto que no llevaba el uniforme de recluta o cualquier otra cosa que lo delatara; pero pronto esos pensamientos pasaron a segundo plano cuando su cálido abrazo te envolvió con fuerza, tú aferraste tus brazos a su espalda y en cierto punto sentiste dolor en tu rostro por la sonrisa tan amplia que tenías dibujada. Se veía tan bien, tan feliz, más maduro que la última vez y más atractivo también.

—¡Te extrañé tanto! estaba contado los días, te juro que estaba tan emocionado que... —Calló abruptamente cuando unos suaves y dulces cerezos chocaron contra los suyos con tanta necesidad y cariño que todas sus preocupaciones se desvanecieron en un santiamén. Lo sentiste sonreír en algún punto, pasando sus brazos alrededor de tu cintura en un fuerte abazado, aferrándose a ti como si fuera una última vez.

—Vamos, tenemos mucho de qué hablar. —Tomaste su mano para guiarlo a la pequeña casa donde vivías, era de tus padres pero ellos se encontraban en otro distrito haciendo negocios.
—Mis padres no están, por si tenías curiosidad. —Reíste al ver cierta preocupación al estar en la puerta de tu hogar, no era en valde, pues a tu padre le gustaba intimidarlo y hacer bromas bastante pesadas con que era demasiado blando y que lo dejaría casarse contigo hasta que pudiera sostenerse por sus propios medios; él lo tomó muy en serio.

—¿Cuánto tiempo te quedarás?, porque tampoco quiero que tengas problemas, sería una pena que todo se eche a perder por mi culpa. —Sonreíste con pena mientras calentabas el té y algo de comida para compartirla con él, seguro que no había comido para poder hacerlo contigo en cuanto se vieran, lo conocías bien.

—Descuida, Jean me cubrirá. Él te envía saludos y dice que espera verte pronto también. —Sonrió amplia y dulcemente, pasando una mano en su nuca como acostumbraba. Un hombre tan dulce.
No demoró en continuar para darte la sorpresa que tanto le emocionaba, había cumplido su promesa y no podía sentirse más feliz que sentía que su corazón saldría disparado de su pecho. —Vine con noticias, además de la graduación, quedé entre los mejores diez. Podré entrar a la policía militar, ______. Podré tener la bendición de tu padre y podremos vivir en Sina, tendremos una casa y-y estaremos juntos al fin. —Habló completamente conmovido porque sus planes estaban resultado tal y como había deseado, se había esforzado mucho para tener buenas calificaciones y ser un buen soldado, nunca había deseado algo con tantas fuerzas, el tener una vida tranquila y feliz con la mujer que amaba era su motor.

No pudiste contener las lágrimas de la emoción, lloraste cubriendo tu rostro con tus manos y él no demoró en ir a ti para abrazarte y darte consuelo, acariciaba tu cabello y dejaba dulces besos en tu frente, mantenieñéndose callado hasta que decidieras hablar. Sonrió cuando tu llanto se detuvo un poco y alejaste tu rostro de su pecho para mirarlo.
—Gracias, Marco. Nunca me había sentido tan feliz. —Limpiaste una lágrima que baja por uno de tus pómulos, besando su rostro repetidas veces mienytas reías de felicidad. —He estado ahorrando con lo que gano en en el trabajo, cuando llegemos a Sina podremos comprar una buena casa, lo demás vendrá poco a poco. —Tomaste su mano y Marco se encargó de entrelazar sus dedos, mirando que seguías portando el anillo de promesa que te dio al enlistarse al ejército.