Capítulo Final - ¡Feliz!

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Ya no me era extraño despertar y desconocer dónde me encontraba, los últimos siete meses ese tipo de situaciones ya se estaban volviendo parte de mi rutina. Pero el despertar esa mañana tenía un toque especial, uno muy distinto a otras ocasiones, y es que ese despertar no fue estar sola.

—¿Dónde...? ¿Qué hora es?

Al abrir por fin los ojos la luz del día me cegó un poco, pero luego me percaté que debajo de mi cuello había un brazo y otro que rodeaba mi cintura. Me quedé asombrada y más al darme cuenta en la posición en la que nos encontrábamos. Eso no impidió moverme con cuidado para no despertarlo y quedar frente a él.

—Sí que duermes tranquilamente —comencé a acariciar su rostro.

Recorrí sus facciones, lentamente para no despertarlo. Sus cejas, su nariz, su boca, descendí despacio por su cuello hasta llegar a su pecho, sentía los latidos de su corazón. En ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo y reaccioné que había despertado en su cama.

—«¡¡¡¿Dormí junto a él?!!!»

Con ello traté de alejarme rápidamente pero, Ash movió su brazo izquierdo y detuvo mi mano con la suya.

—Es realmente atrevido de tu parte atacarme mientras estoy durmiendo~ —comenzó a parpadear con una sonrisa.

—¡¿Estabas despierto?! —Traté de alejar mi mano pero no me dejaba.

—¡Je, je, je! Hace solo unos instantes. Tu mano me hizo cosquillas —besó mi frente—. ¿Dormiste bien?

—A-Ash... Uhm, anoche..., no me digas que... —estábamos muy juntos, mi corazón no paraba de latir.

—¿Qué? ¿No recuerdas?~ —dijo soltándome.

—Q-qué... q-qué, ¿s-sucedió algo? —Me senté rápidamente.

—¿Qué cosa? ¡Ah! ¿Esto?, pues dormimos juntos, ¿por qué? 

No lo podía creer, acaso eso significaba...

—¿Solo eso?

—¡Ja, ja, ja! Y ese rostro ¡ja, ja, ja...!

—¿Por qué te ríes? Nosotros...

—No pasó nada.

—¿Eh?

—Eso, no sucedió nada más, descuida.

—Pero... —aunque estaba tranquila con sus palabras, también me quedé ¿decepcionada?

—Sí, después de conversar comenzaste a estar somnolienta, así que solo te traje a la cama pues te habías quedado dormida. Así que no, no hicimos nada.

Lo recuerdo, estaba tan llena de emociones, que cuando por fin pudimos hablar me relajé a tal punto que me dormí con ese último beso, qué vergüenza.

—Pero, si deseas —me atrajo, cayendo sobre él—, podemos continuar con lo de anoche~ —comenzó a besarme de manera traviesa y sin darme cuenta, nuestras posiciones se habían invertido, lo único que veía era su rostro.

Nos divertíamos, hasta que un beso en mi cuello dejó de sentirse como un juego, desconcertándome al punto de estremecerme. En ese instante mi respirar se hizo irregular junto a mis pulsaciones que aumentaron bruscamente. Al ver mi reacción Ash no se abstuvo, sino más bien continuó, dejando de ser una simple travesura. 

Su mano que tranquilamente estaba posada en mi cintura comenzó a moverse, con lentos toques en mi costado, hasta que, su intención, claramente seguir ascendiendo, pero se detuvo. Sus labios se apartaron de mi cuello por un segundo para verme, en sus ojos se reflejaba el rumbo que seguirían las cosas si nos dejábamos llevar por esos agradables impulsos del momento, mas, aquella escasa cordura que aún conservaba volvió. No podíamos continuar.

Recordarte... ¿Por qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora