Capítulo 3

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Estaba totalmente anonadada, no me podía creer que de verdad estuviera esta persona delante de mí, y muchísimo menos que fuera familiar, primo en este caso, de mi nueva amiga. Con lo grande que es Roma, no podía ser cierto, en mi cerebro aún no había entrado la información del todo.

-Mira hijo, ella es Mary.-Bianca, su madre, nos presenta.-Es una nueva amiga de tu prima.

-Mucho gusto Mary, yo soy Ethan.-Dice con una sonrisa tímida mientras extiende su mano en señal de saludo esperando un apretón de manos.

-Ethan por favor, no seas tan formal.-Dice Marttina, su abuela en forma de regaño.

-Tranquila, no importa.-Respondo un poco nerviosa mientras finalmente extiendo también mi mano hacia la suya.-El gusto es mío por conocerte.

-Bueno, ¿podemos cenar ya?-Pregunta Elisa.-Supongo que Mary querrá irse a casa pronto, apenas es su segundo día en Roma.

-¿Cómo se va a ir Elisa?-Pregunta Anna un poco escandalizada.-Será tarde cuando acabemos la cena, que se quede aquí ha dormir.

-No hace falta, de verdad, no quiero ser una molestia.-Respondo nerviosa y tímida a la vez.-Puedo coger el metro después.

-No, no, no, será muy tarde Mary.-Dice Marttina mientras sirve la cena en los platos.-Mis nietos no tendrán ningún problema en que te quedes, ¿verdad?

-Claro que no.-Responde Elisa rápidamente sentándose la primera en la mesa.-Yo encantada de que te quedes esta noche.

Nos comenzamos a sentar en la mesa, Marttina se sentó para dirigir la mesa, en un extremo, Anna al lado derecho junto a Ethan y Bianca y justo de ella Elisa y yo enfrente de Ethan.

La cena transcurrió tranquila, con alguna pregunta hacia mí, de mi vida en España, sobre mi familia, y la famosa pregunta:

-¿Qué es lo que te a traído hasta Roma?-Pregunta Anna tras finalizar el último bocado.

-Bueno, en principio yo no estaría aquí por mí misma.-Comienzo explicando.-No porque no me guste, es una ciudad preciosa y llena de historia, algo que me fascina, pero allí en España yo estudiaba pastelería, panadería, repostería y confitería, estuve allí por dos años.

-¿Enserio?-Pregunta Ethan bastante curioso mientras su mirada se centra en mis ojos.-Me parece increíble que seas pastelera, no me lo imaginaría en la vida si no llegas a decirlo.

-Cállate y déjala continuar.-Dice Elisa con una sonrisa.-Es una historia súper interesante.

-Después, en el segundo año hice las prácticas en un Obrador profesional de pastelería tradicional.-Sigo explicando.-Mi tutora ese año se sorprendió mucho porque mis calificaciones en los dos cursos fueron las más altas de toda la clase, y me dijo que sería un gran paso para mi formación académica y profesional especializarme en algo que tuviera que ver con este mundo, me dieron a elegir entre el chocolate, el helado, la bollería y varias opciones más, y yo escogí el helado.

-Muy buena elección cariño, muy, muy buena.-Dice Bianca con una sonrisa muy tierna.

-Pero cuando mi tutora me explicó que para especializarme en helado tendría que formarme aquí, en Roma... Se me vino el mundo abajo.-Me sincero mientras lo cuento.-Dejar a mi madre sola en España, yo estar lejos de ella, de mis amigos, mi familia, todo aquello que conocía y mudarme a otro país se me hizo una locura, pero poco a poco fui aceptado que mi futuro estaba aquí, entonces comenzamos con los papeles. Me dieron una beca, bastante importante, y comienzo el curso el mes que viene, en septiembre.

-Tuviste muchísima fuerza de voluntad en elegir esa especialidad, sobre todo lejos de tu país de nacimiento.-Dice Marttina mirándome con orgullo.-Además, para venir de España hablas el idioma de aquí como si hubieras nacido en Roma.

EL PODER EN SU MIRADAWhere stories live. Discover now