Mi Sangre Sucia ||Draco y tú|| 《T3》

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐: 𝐅𝐢𝐧 𝐝𝐞 𝐯𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

—Pss preciosa despierta —escuché el susurró de la voz ronca de Draco mientras me movía el brazo suavemente. Bufé y pasé una pierna sobe su cuerpo acercándolo más a mi.

—Cállate y duerme —mandé en un gruñido. Pude escucharlo reír suavemente.

—Me debo ir preciosa, ya casi amanece y no pueden enterarse de que estuve aquí —dijo besando suavemente mi cuello dejando besos suaves en esa zona.

Abrí mis ojos y lo miré—. Nos volveremos a ver en Hogwarts, ¿verdad? —pregunté en voz baja para pasar mi mano suavemente por su mejilla.

—Claro que sí hermosa —sonrió dándome un pequeño beso en mi frente, sonreí levemente y lo dejé libre de mi agarre, se levantó de mi cama comenzando a vestirse de nuevo, no es que se hubiese desnudado o algo por el estilo, sino que le había dicho que se quitara un poco las doscientas capas de ropa que llevaba puesta.

—No te levantes, te enfriaras —dijo abrochándose el cierre de su chaquetón de invierno.

—Quiero despedirte bien.

—Ya lo haces desde ahí —sonrió y se acercó hacia mi dejando un pequeño beso sobre mis labios, sonreí por inercia.

—Vuelve con cuidado —pedí mirándolo a los ojos refugiándome más en la sudadera de Draco que usaba para dormir.

—Lo haré, tu cuídate mucho al volver, ¿sí? —Asentí recibiendo de vuelta un beso en la frente dejando sus labios presionados en el lugar por unos segundos de más para al separarse mirarme con una sonrisa en los labios—. Te amo nena.

Sonreí y acaricié su mejilla despacio—. Yo también te amo Draco.

Me guiñó un ojo sacándome una pequeña risa y se encaminó hacia el balcón, lo vi salir por el ventanal para luego desaparecer en la oscuridad, vete tu a saber cómo.

Narra Draco:

Entré por la ventana de mi habitación en total silencio por las dudas. Haberme escapado seguramente no había sido la mejor decisión, pero por ver a _______ por unas horas valía la pena.

Las cosas en casa no iban muy bien, el Señor Tenebroso quedándose aquí de vez en cuando, la misión que me habían encomendado por el estúpido fallo de mi padre, mi madre pasándola mal, todo eso me estaba superando, quería el bienestar de mi madre y que no le pasara nada a mi novia, siendo esta última la que me podía hacer desconectar de todo por un buen rato, su compañía era lo único que me alejaba la oscuridad y mis demonios internos.

—¿Dónde estabas? —La frialdad en el tono que hablaba Lucius me hizo quedarme quieto en mi lugar, se hallaba en una esquina oscura de mi habitación.

—No te interesa —respondí sin siquiera mirarlo en lo que me sacaba el abrigo.

—Fuiste a ver a esa asquerosa sangre sucia, ¿verdad? —preguntó derrochando asco en cada palabra.

Afirmé un agarre demasiado fuerte en la bufanda que me encontraba sacando y me giré para mirarlo manteniendo un rostro tranquilo.

—No sé de qué me hablas.

—Oh claro que lo sabes, estoy hablando de la sangre sucia de Granger, la amiga de Potter —espetó aún usando ese tono de asco que ya me estaba empezando a molestar.

Me giré lentamente y lo miré de lado.

—No entiendo a donde quieres llegar Lucius —mascullé con serenidad.

—Termina con ella.

Solté una risa que carecía de gracia—. No haré eso.

—Claro que lo harás, si no quieres que tu querida noviecita termine muerta lo harás.