𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟒: 𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐨

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La fecha de mi segundo aniversario se acercaba cada vez más y la verdad es que tenía un sabor agridulce en cuanto a eso, desde San Valentín no había visto ni un cabello de Draco pero como anteriormente preferí darle su espacio.

—¿Qué harás mañana? —me preguntó Mai haciendo levantar mi vista del pergamino que estaba escribiendo.

—¿Hacer de qué? —cuestioné algo distraída.

—Pues ya sabes eso de los dos años con Draco y eso —dijo rascando su nuca con vergüenza.

—Oh... —murmuré y luego sonreí levemente—. Tengo algo planeado para ambos, algo simple pero bonito.

—Que bueno, ojalá el universo esté de acuerdo en que todo salga tal y como lo planeado —sonrió mi amiga haciéndome soltar una pequeña risa.

Mai era de las chicas que a todo le ponían como excusa o cualquier otra cosa al universo, le daba esa vibra de paz que siempre la rodeaba muy acogedora.

—Gracias Mai —le agradecí con una sonrisa sincera para que luego ambas volviéramos a nuestros pergaminos para seguir haciendo tarea.

[...]

El invierno se iba yendo cada vez más y por surte los días se hacían más primaverales con la llegada del fin de Febrero, estábamos un día del segundo aniversario con Draco y la última vez que lo había visto había sido en San Valentín, extraño la verdad, porque cuando no había tiempo para nosotros siempre nos cruzábamos mínimamente una vez en los pasillos para mínimamente saludarnos y seguir con nuestro día, sin embargo desde hace ya diez días que no tenía señales de Draco.

Restándole un poco de importancia debido a que seguramente mañana lo vería seguí en lo mío, pulir y arreglar mi escoba.

Alguien se sentó junto a mi con la respiración agitada y solo con oír en la forma que respiraba ya sabía quién era, era Ron.

—¿Huyendo de Lavander? —pregunté con burla sin mirarlo.

—No te burles ______* —se quejó soltando un suspiro haciéndome reír y levantar mi mirada para verlo.

—¿Por qué no terminas con ella y ya, Ron? No es una mal chica como para que le hagas esto —comenté haciendo una mueca.

—¡Lo se! Pero no sé cómo terminar con ella, es muy... insistente y cada vez que intento terminar con ella no me deja —murmuró mirando alrededor con miedo. Solté una pequeña risa y negué con mi cabeza, este chico era todo un caso aparte.

[...]

Finalmente el día que había esperado por toda una semana había llegado, preparé las bolsas con el regalo y la que tenía las cosas para la otra sorpresa, había decidido hacer algo simple, había conseguido un permiso con el Director para que pudiésemos sobrevolar los terrenos del colegio una vez haya caído la noche y finalmente tener una pequeña cena en la Sala de los Menesteres. Algo simple pero que nos daría un descanso y tranquilidad a ambos.

Al ser día de semana estuve algo inquieta todo el día de la jornada escolar además de estar intentando ubicar a Draco, sin éxito. Sin embargo esta mañana le había enviado una nota con la lechuza de Mai dándole hora y lugar para que no veamos hoy, solo un lugar y una hora exacta.

Al finalizar las clases del día subí a mi torre para darme una ducha como todos los días y luego tomé la bolsa con los preparativos para la Sala de Menesteres, una vez frente a la pared de la sala y fijándome que no hubiese nadie rondando pasé tres veces delante dela pared pidiendo mentalmente lo que quería, a la tercera pasada delante de la pared una puerta no muy grande ni tampoco muy chica de color caoba con detalles en dorado apreció en la pared. Tomé el brillante picaporte de la puerta y entré, las paredes de la habitación eran de color verde mar, en el fondo de la habitación había una cama de dos plazas con sábanas celestes con una chimenea ya encendida junto a esta, un poco alejada de la cama estaba la mesa para dos con sus sillas a juego de terciopelo.

Mi Sangre Sucia ||Draco y tú|| 《T3》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora